Nike Air Force 1: mucho más que un mito

Mito. Del gr. μῦθος mŷthos. Persona o cosa rodeada de extraordinaria admiración y estima.

Las modas vienen y van. Pero los mitos perduran. Y si hablamos del mundo de las sneakers, pocos modelos han permanecido de manera tan transversal y estable en el tiempo como las Nike Air Force 1. Una silueta que, gracias a lo cíclico de las tendencias y a los esfuerzos de Nike y determinados nombres (como Travis Scott o Virgil Abloh), está volviendo, una vez más (y van ya…), a verse sometidas al implacable devenir del hype. Pero hagamos un poco de memoria antes.

Nada que se pueda decir en este artículo sobre las Air Force One sería inédito o revolucionario. Diseñadas por Bruce Kilgore (responsable también de las Sock Racer), cuentan en su haber con hitos como ser la primera zapa de basket en incluir el sistema Nike Air, en tomar su nombre prestado del avión presidencial (no hace falta ser un genio para dilucidar esto) o que su midsole se inspiró en la Catedral de Notre Dame. Aunque esto es más parte del imaginario colectivo del mundo del diseño de calzado (no hay sneaker que se precie que no se haya inspirado en algún elemento externo, cuanto más loco mejor).

Lanzadas en 1982, se descontinuó su oferta comercial a los dos años después y no fue hasta 1986 cuando volvieron a ver la luz, fruto del esfuerzo de algunos nombres destacados del panorama de las zapatillas en Baltimore, que acudieron a Nike solicitando nuevamente su producción. Y, a partir de ahí, se inició una producción en masa en forma de nuevos colorways.

Esta especie de vaivén de idas y venidas ha sido su seña de identidad. Por ejemplo, si has vivido la época de los 2000 como amante de las sneakers, recordarás la sobresaturación del mercado que se vivió durante esos años, con continuos colorways y colaboraciones sobre esta base.

Las Nike Air Force One están llenas de mitología a su alrededor. No hay que irse muy lejos: Nelly dedicándole un tema, la colaboración con Playstation, el nickname ‘Uptowns’ por el amor que Harlem siempre ha sentido por este modelo (la gente en New York siempre ha sido de gustos fijos…). Pero es un modelo que está muy lejos de gozar del carácter casi mitológico de otros modelos, como puede ser la Air Max o algunas de las primeras Jordan numeradas. Y, sin embargo, ahí están: eternas en la tormenta, aguantando el oleaje.

¿Qué tiene este modelo para que parezca siempre muerto y nunca enterrado? En primer lugar, su diseño. Presente en tres siluetas (caña baja, media y alta), es tal su simpleza (especialmente la de su colorway white on white) y, a la vez, tal su detallismo y el poder de atracción visual, que el trabajo estético sólo se puede calificar como éxito. Pocas zapatillas son tan comodín, además, como este modelo.

Las Air Force son una zapatilla de clara inspiración baloncestística. Con un componente muy callejero, del gusto de la comunidad relacionada con el hip-hop. La pasión con que este mundo arropó esta zapatilla es, sin duda, una de las razones de su éxito.

Y es que las Air Force One, como dice Bobbito García al ser preguntado por ellas, son una especie de cruce de caminos entre lo que representa el basket, el hip-hop y Nueva York. Y no se debe nunca infravalorar la capacidad que la Gran Manzana tiene de convertir elementos artísticos y textiles en auténticos iconos de la cultura moderna.

Tampoco conviene descartar muy rápidamente la capacidad de customización y de ofrecer colorways que las Air Force tienen. Se habla de más de 2.000 versiones de esta silueta. Independientemente de que esto sea cierto o no, lo que sí podemos dar por verdad es que existe una Air Force para cada uno de los amantes de las zapatillas. Hasta los más clásicos como los más avant-garde, pasando por hip-hop heads y derivados.

Además, y aunque pueda parecer cuestión baladí, el impacto de las Air Force en lo que vino después (especialmente la fructífera relación de la marca del swoosh con el deporte del cesto) no habría tenido tal dimensión sin el lanzamiento de este modelo. Además de un punto de inflexión tecnológico, al representar la, posiblemente, primera zapatilla de basket moderna. Que daría pie a modelos como las Air Jordan 1, la influencia de su diseñador en el trabajo de Hatfield es notable, aunque no recogida oficialmente en los libros de historia.

Capaz de conseguir protagonizar reportajes en The New York Times, las Air Force One han cumplido 35 años en 2017 y están demostrando su capacidad de reinventarse sin perder su esencia. Versiones como las SF AF-1 High o las customizaciones protagonizadas en el pack junto a Off White son la mejor muestra de ello, o anteriores colaboraciones como la firmada por Riccardo Tisci hace unos años.

Pero, lo más importante que se puede decir sobre esta zapatilla, es que es imposible analizar porque se trata de un mito. Quizás es esa su grandeza. Que sin atributos destacados ha logrado mantenerse impertérrita a lo largo de las tres últimas décadas. Hoy, siguen igual de vivas que nunca. Y, por mucho que cambien las modas y los gustos, lo seguirán dentro de otros 35. Seguro. Los mitos nunca mueren.

 

Al Sobrino