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Amar a Barbie, odiar a Barbie

Publicado por el 18/09/2018

Puedes posicionarte en un lado, en el otro o quedarte en un limbo eterno en el que no sabes qué opinar. También puedes odiarte porque te guste o estar a gusto por odiarla.

Barbie es un juguete que en su día impuso a las niñas (los niños ya tenían a sus Action Man para aumentar su macho interior) un cuerpo perfecto, una sonrisa perfecta y una vida rosa perfecta. Las que crecimos con ella nos preocupábamos más por nuestro aspecto, por ser ultra delicadas y femeninas hasta a veces querer convertirnos en una princesa en apuros esperando que alguien nos rescatase, ese alguien era Ken. Crecimos, y echando la vista atrás, abrimos los ojos frente a esta muñeca. Barbie sólo nos impulsaba a tener un armario fabuloso, un coche rosa, a ir de compras con nuestras amigas y cazar a algún Ken. No tenía aspiraciones a nada más.

Mattel respondió a este choque con la realidad con una reconversión de Barbie en un juguete inspirador para las niñas y niños. Barbie pasó a ser lo que tú quisieses que fuera: veterinaria (de caballos con pestañas largas y perritos), médico (de bebés), profesora (de parvulario) y astronauta (aquí no sé qué decir). Con Barbie podías ser lo que quisieras siempre que partieses de la base de un vestuario a la última y un millón de complementos pequeñísimos de color rosa, desde ahí, hasta donde tu imaginación quisiese llegar. Habían abierto un poco la mano pero no fue suficiente.

Las nuevas colecciones fueron (y son) pura droga para las niñas, niños y adultos coleccionistas. De nuevo, hace años Barbie decidió cambiar de moldes y empezar a amoldarse a los cánones de belleza actuales. Altas, bajas, delgadas, gordas, pelirrojas, asiáticas, negras y caucásicas. Un montón de prototipos nuevos para vender y también para adaptarse a la realidad de las mujeres, claro.

Lo mismo pasa con las nuevas profesiones, ahora nos han sorprendido con la Barbie ingeniera robótica. Según la marca, una inspiración para poder subir ese 24% de los puestos que ocupan las mujeres dentro de las profesiones de la CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Ya sea por falta de inspiración durante los primeros años de estudio, por expectativas sociales que cumplir o por la necesidad de abandonar sus carreras profesionales para cuidar de la familia, este tipo de puestos es mayoritariamente ocupado por hombres. Esta vez Barbie ya está instalada con sus amigas en un laboratorio de robótica en el que, gracias a todos sus conocimientos, ha podido diseñar un robot bastante cute y vintage con el que se supone que hará grandes avances más allá de preparar cupcakes o dar una fiesta pijama.

Esperemos que todos estos complementos tecnológicos que nos presenta Barbie puedan ser un impulso a la imaginación de todas esas niñas y niños que crearán los cyborgs que nos harán la vida más fácil en el futuro.

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