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Antifashion V: Craig Green

Publicado por el 04/04/2020 en Artículos

Craig Green (Londres, 1986) es una de las mayores promesas de la moda británica. Graduado en Central Saint Martins, una de las escuelas de más renombre de Reino Unido, pronto llamó la atención por su profundo interés hacia el diseño experimental. Esto le supuso un problema a la hora de buscar trabajo en firmas con un estilo tradicional, ya que su visión estaba alejada de las directrices artísticas que se heredaron del siglo pasado.

Incomprendido y criticado en sus inicios, al igual que fueron muchos de los grandes, creó su firma homónima en 2012. Desde entonces no ha dejado a nadie indiferente con propuestas de todo tipo. Tanto con una visión extrema de la moda como con la fabricación de piezas que bien podría firmar un retailer de consumo masivo, a lo largo de su obra hay un mínimo común múltiplo: la coherencia.

El londinense comienza a diseñar sin restricciones, sin limitaciones técnicas o estéticas, por muy extravagante que pueda ser el resultado final. Esta es la forma más pura de comunicar el mensaje y concepto tras la prenda. Sin embargo, a pesar de la espectacularidad de sus obras, muchas veces escultóricas, Green siempre ha sido consciente de que es difícil vender ese tipo de producto a gran escala. La supervivencia se complica si no hay un público muy fiel detrás con el que mantener unas cuentas saneadas y al alza. 

Y es que la ropa del británico es perfectamente vestible. Al igual que la vida en nuestro planeta, la obra de Green tiene su propia Teoría de la Evolución. El británico juega con sus propios códigos y los amansa, aplicándolos a prendas tradicionales, como chaquetas, camisas o jerseys. Destaca la Core Collection, en la que nos encontramos con piezas básicas con pinceladas muy sutiles de la extravagancia que acapara los flashes en las pasarelas de Londres o París.

Esta gama más ‘recatada’ es la que mantiene a flote a la firma en términos económicos. De esta forma abarca un grandísimo espectro de público potencial y lo homogeneiza tras un mismo discurso. Por ello, Green se merece todo el crédito. Es capaz de crear un mensaje coherente y fresco explorando nuevas siluetas y jugando con materiales y acabados, pero a su vez ha demostrado con creces que puede hacer terrenales sus conceptos.

Es fundamental analizar el contexto social y económico a la hora de hablar de una figura del diseño. Si hablamos de Rei Kawakubo o Yohji Yamamoto, que comenzaron su carrera en los 60 y 70, la competencia para llegar a tener un nombre en la industria era menor, ya que los rivales en un mundo analógico eran locales. Aunque se podía soñar con todo tipo de prendas, sólo se podía producir lo que permitieran los desarrollos técnicos. 

Hoy en día, en tiempos de Internet, la competencia es global. En las más exigentes escuelas de moda del mundo, no sólo la gente de tu clase competirá contigo por estar en una buena posición en el mercado, sino que harán lo propio desde todas las clases de todas las escuelas de moda más exigentes del mundo. ¿Es este el precio a pagar a cambio de poder fabricar un jersey de knit de una sóla pieza? En cualquier caso, Green ha sabido sobreponerse a ello y diferenciarse desde bien joven.

En sus creaciones destaca el toque utilitario y técnico. Correas, cierres y grandes bolsillos están presentes a lo largo de sus creaciones. Siempre se ha visto atraído por la ropa de trabajo, como él mismo afirma: “Me gusta la idea de que todo el mundo pase a ser igual cuando llevan el mismo uniforme”. Su particular visión de esta tipología de prenda -a veces desde lo escultórico, a veces desde lo funcional- siempre ha sido cuestionada por los más puristas, pero lejos de amedrentarse ha empleado las críticas a su favor.

Su primera pasarela fue en Otoño/Invierno 2013, en la cual los modelos llevaban tablas de madera cubriendo sus rostros. En palabras del diseñador: “Fue complicado porque era mi primer show y había mucho esfuerzo detrás, pero la gente se lo tomó como una broma. No era lo que buscaba, aunque al menos dio que hablar. Aun así sigue siendo mi colección favorita”. La prensa lanzó fuertes comentarios negativos contra el diseñador, que le valieron para suscitar atención en sus siguientes apariciones.

Este ojo crítico, alimentado por el sensacionalismo -siempre alerta para generar titulares- fue domado a la fuerza por Green. El punto de inflexión llegó en Primavera/Verano 2015, en su primera pasarela en solitario. Con música de Enya, el espectáculo fue casi ceremonioso y la combinación entre los looks de un inmaculado blanco y negro, el ambiente y la energía de los modelos, conmovió a los espectadores.

Si bien es cierto que han pasado ocho años desde la fundación de su firma, la línea tras sus diferentes colecciones es muy continuista. Evolución y no revolución. De esta manera Green ha asentado las bases de su estilo, que cada vez es más reconocible. A su vez, permite que su obra pueda tener una vida mucho más larga, sin quedar obsoleta de una temporada a otra.

A pesar de ser -como quien dice- un rookie, a sus 34 años ha conseguido hacer temblar los cimientos de una industria en la que es difícil asomarse entre los cuatro nombres de siempre. En sus comienzos fue respaldado por Dover Street Market, a quienes el punto disruptivo y out-of-the-box de sus prendas les llamó tanto la atención que decidieron hacerle un hueco para la venta de sus colecciones. Si una entidad de tal calibre te abre las puertas, es porque hay algo especial en ti. Desde hace años, marcas como la italiana Moncler también han puesto su foco en uno de los diseñadores más transgresores de la década.

Independientemente de en qué año estemos, lo que está claro es que al igual que Kawakubo o Yamamoto, Green está generando un imaginario personal reconocible: ha plantado ideas frescas sobre la mesa, es capaz de reestructurar sus propios códigos y aprovisiona los armarios de un público tan heterogéneo que parece imposible que gente tan dispar pueda vestir ropa concebida al mismo tiempo.

Los críticos dicen que se está cocinando a fuego lento una de las figuras más influyentes de la moda europea de las próximas décadas. Apunten su nombre.

 

* Este Capítulo 5 de la serie de artículos Antifashion está inspirado en el documental de 2012 del mismo nombre dirigido por Olivier Nicklaus. Lee aquí el Capítulo 1Capítulo 2Capítulo 3 y Capítulo 4.

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