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Balenciaga SS20 gira en torno al ‘power-dressing’

Publicado por el 30/09/2019 en Moda

Ayer tuvo lugar el primer desfile de Balenciaga desde que el director creativo de la firma, Demna Gvasalia, anunciara su salida de Vetements a principios de este mes. En las afueras de París, el iconoclasta alineó a los asistentes alrededor de una pasarela en espiral en un espacio completamente ataviado de azul cobalto ‘UE’, donde lo que se vivió fue más una experiencia sensorial que un desfile al uso.

La colección Otoño/Invierno 2019 de Balenciaga hizo evidente el crecimiento de la casa que Demna Gvasalia y su equipo han convertido en una marca billonaria. Ahora, la propuesta para Primavera/Verano 2020 se basa la exploración de elementos del rango anterior, con una gran cantidad de gráficos llamativos, zapatillas técnicas y elementos básicos de vestuario reinterpretados a través de siluetas imponentes, todo ello con gran protagonismo de los hombros anchos, las cinturas entalladas y los cortes desafiantes.

Lo que hizo el show aún más simbólico fue que la colección de Demna Gvasalia trataba sobre el poder: “power-dressing, no matter what one does as a job”, como se puede leer en las notas del programa. En línea con esto, su espectáculo fue protagonizado por un extraño elenco de personajes: rostros reales de todas las edades que incluían, además de a Bella Hadid, a artistas, ingenieros, estudiantes, escritores y galeristas que lucían exagerados pómulos y labios protésicos.

La colección giraba en torno al concepto del uniforme, e incluyó blazers cuadradas y gabardinas genderless monocromáticas, que finalmente dieron paso a coloridos trajes capeados sobre camisas florales que combinaban con los vestidos prim. Los pliegues y el denim lavado característico de Balenciaga aparecieron más tarde, complementados con botas de punta cuadrada y nuevas siluetas de bolsos de cuero.

Finalmente, aparecieron camisetas gráficas con eslóganes como «b@len©i@9a» y «X-RATED», combinadas con pantalones finos y una nueva silueta de zapatillas. Las chaquetas y los cortavientos que cubrían el cuello demostraron un mayor juego de proporciones, subrayado por inmensas camisas de manga corta y más blazers cuadradas.

El espectáculo terminó con un conjunto de gigantescos vestidos de gala, algunos completados con enormes lazos en la parte trasera, que se pueden interpretar como un guiño a los vestidos de gala de Cristóbal Balenciaga. En definitiva, fue una exhibición épica de virtuosismo de moda y espectacularidad.

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