Que todo lo que hace Banksy es prácticamente trascendental, artísticamente hablando, es una realidad. Si además a la genialidad de su talento, le sumamos su recurrente solidaridad y espíritu de denuncia en muchos de sus murales, la combinación hace imposible que no estemos ávidos de nuevas creaciones suyas.
Para más inri, esta vez se ha vuelto a dejar ver por la Gran Manzana después de una temporada desaparecido en territorio yankee, y su regreso no ha sido casualidad. Esta vez su causa es Zehra Dogan, cuyo encarcelamiento en Turquía ha despertado la sensibilidad y la sátira más incisiva del sibilino artista británico. Dogan tuvo el »atrevimiento» de pintar una acuarela con la imagen extraída de una fotografía real, de un territorio kurdo devastado por la guerra, y en sus ruinas, banderas turcas pintadas. Dichas banderas ya aparecen en la instantánea original. Por tan »infame» acto delictivo, el año pasado fue condenada a casi tres años de prisión por el gobierno otomano.
Ante esta situación, Banksy ha decidido protestar por su colega pintando un enorme mural en Houston Street con Bowery en Manhattan, en el que se pueden ver las clásicas marcas de conteo carcelarias correspondientes al tiempo que Dogan pasará entre rejas. En una de estas marcas podemos apreciar una chica (Zehra) tras las barras, con la particularidad de que la barra de la derecha es un lápiz, en clara alusión al motivo que llevará a la artista turca a pasar tres años a la sombra.
En su cuenta de Instagram, Banksy subió el jueves noche su nueva obra, encima de la cual ha reproducido la de su compañera a modo de homenaje. Y aprovechó para impulsar el hashtag #FREEzehradogan y atizar públicamente al presidente de Turquía, Erdogan, por tan desproporcionada sentencia.