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‘Boost’, la revolución que adidas necesitaba

Publicado por el 03/12/2019 en ArtículosSneakers

 

Que adidas ha creado zapatillas que han revolucionado el mercado no es nada nuevo. 40 años después, día a día seguimos viendo reediciones de sus clásicos. Es complicado no toparse con unas Stan Smith, Superstar o Gazelle a diario. Eso sí, adidas no siempre estuvo en tan buen momento como ahora.

Nike dominaba la década de los 90. El éxito de finales de los 80 de las Air Max 1 y las Air Jordan 1 se estiró hasta los 90 con modelos tan icónicos como las Air Max 93, 95 o 97. La revolucionaria tecnología de cámaras de aire en la suela convenció plenamente al consumidor. La marca estadounidense continuó con el dominio del mercado mundial gracias a tecnologías como el Lunarlon o el Flyknit, que cambiaron completamente la forma de fabricar zapatillas.

Ante la compleja situación frente a su competencia más directa, adidas trató de explotar el sector deportivo. La marca alemana, haciendo honor a la cultura de su país, trabajó arduamente desarrollando multitud de nuevas tecnologías: Adiprene, ClimaCool o GeoFit fueron algunas de las innovaciones que aplicaron a tejidos y materiales para favorecer la transpiración, comodidad y resistencia.

No fue hasta 2013 cuando la empresa fundada por Adi Dassler dio con la fórmula correcta para su calzado: unas pequeñas esferas de poliuretano termoplástico (TPU) a las que denominaron Boost. Una masa de multitud de estas esferas unidas entre sí supuso el comienzo de lo que los expertos denominaron “la mejor suela de running del mundo”.

 

 

A pesar de la grandísima inversión para el desarrollo del Boost, surgieron ciertos problemas que ya anticipó la marca. En primer lugar, el revolucionario material no soportaba muy bien el tintado, por lo que durante sus primeros años cualquier modelo que contara con esta tecnología se veía condicionado por una gran suela de color blanco. Además, cabía la posibilidad de que el material reaccionara químicamente con los tintes empleados en este tipo de procesos, perdiendo sus prestaciones mecánicas. Meses después, el equipo de adidas consiguió incluir el color negro en la lista de opciones para la suela.

Respecto a su mantenimiento, Boost es un material que, a la intemperie, pierde su característico blanco brillante y lo va sustituyendo paulatinamente por un tono amarillento. Si bien es cierto que a nivel biomecánico Boost se mantiene intacto, a simple vista muchos modelos pierden cierto encanto.

Nike contraatacó con su tecnología React en 2017. Esta ya resolvía algunos de los problemas del Boost de adidas, pero simplemente llegó tarde. Ultraboost, nombre del principal modelo que emplea esta tecnología, ya no era un término nuevo para los aficionados del running. Con su amortiguación, estabilidad y reactividad era la zapatilla del mercado que mayor cantidad de energía devolvía al cuerpo en la pisada; había convencido hasta a los más escépticos.

Enfocada originalmente a la competición, la tecnología Boost se adaptó a las suelas de multitud de modelos de la marca de las tres rayas. Este material rompió todas las expectativas del mercado runner, y la comodidad que otorga se abrió al gran público. Desde clásicos, como el modelo Spezial o las Yeezy 350, a nuevos lanzamientos, como la Instapump Fury Boost en colaboración con Reebok, se benefician de la amortiguación de las pequeñas esferas de la suela.

 

 

Por otro lado, para el modelo Ultraboost de 2019 adidas consiguió reducir la cantidad de piezas principales de 17 a 4, simplificando enormemente la fabricación. A pesar de esto, ha ido un paso más allá en la versión de 2020. Finalmente llegará a las tiendas una Ultraboost con una suela que variará entre azul y morado según la luz que reciba. Esto confirma que la empresa alemana ha conseguido aplicar nuevas técnicas de tintado que no entran en conflicto con la composición química del termopoliuretano, por lo que las posibilidades de diseño se abren enormemente a partir de ahora.

Veremos cómo compite la última creación de adidas contra el nuevo hito de diseño de Nike: la inclusión de una placa de carbono en la suela que favorece todavía más la reactividad y potencia la carrera. Nike AlphaFly o Vaporfly 4% son algunos de los modelos que la incluyen. No solo la empresa americana está probando esta tecnología, ya que marcas como New Balance o Skechers cuentan con modelos con placas similares.

Como dice Andy Barr, Director Global de Conceptos de la multinacional alemana: “La gente nos conocía, pero Boost ha hecho que ahora nos tengan en cuenta”. En la interminable carrera por la cuota de mercado, adidas –más que nadie– necesitaba un nombre propio sobre el que comenzar a construir. Ese nombre es Ultraboost, que por propiedades y condiciones, llegó para quedarse. Solo queda esperar para ver con qué nos sorprende uno de los nuevos buques insignia de la marca de las tres rayas.

 

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