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Cómo fingir que no es tu primera vez en París, aunque sí lo sea

Publicado por el 09/03/2018 en Artículos

¿Cómo empezar un viaje huyendo de lo habitual, de lo turístico y de los grupos de japoneses octogenarios perfectamente conservados? Cuando lo habitual te llama y la sencillez en la decisión se apodera de tus horas, no hay mejor opción que quitarse esa promesa de «yo no soy un turista» y empezar con un croissant au beurre en el barrio de Saint-Germain.

Y es que cuando te deshaces de la presión de llenar el estómago, tanto el tuyo como el de tu pareja que, aunque perfectamente parisina y rebosante de feminidad, tiene un inesperado instinto agresivo cuando pasan las 10am y no se toma su primer café. Es por eso que empezamos por lo evidente:

1. Le Bonaparte (42 Rue Bonaparte, 75006): un bistro, sí, una vegetariana y un semi-vegetariano (sólo como ternera gallega una vez al mes) nos fuimos a desayunar a un lugar lleno de boeuf bourguignon y mantequilla salada. Sitio turístico donde los haya, pero esa terraza lo requiere. Después de haber vivido el ajetreo de la Fashion Week, la ciudad se relaja y recoloca sus sillas de mimbre para dar paso a una nueva clientela.

Una vez la fiera está calmada y la presión se desvanece, toca desidealizar los mitos y ver de primera mano lo que parece ser una salida desesperada de uno de los mayores proyectos de retail de moda de toda Europa. Una vez cerrada colette, buque insignia de las tiendas multimarca high level, surge su nuevo proyecto: nous.

2. nous (48 Rue Cambon, 75001): unos 200 metros cuadrados al dar la esquina en Place Vendôme, un templo para el hype beast y un espacio de variedades para el más urbano. A mi parecer, un espacio con mucho potencial pero que todavía está lejos de tener la identidad de su predecesor. Lo más reseñable, Devambez, una marca de papel de liar originaria de un afamado salón del mismo barrio, Pierre Tzenkoff. Una verdadera joya para todo aquel que quiera añadir un extra budget de $75 a lo que ya puede ser un caro vicio.

Lo bueno que tiene darse una vuelta por París durante los días posteriores a la Fashion Week es que encuentras los últimos resquicios de las campañas de street marketing de marcas de todo el mundo, y sus obsesivas formas de llamar la atención en una ciudad llena de luces. Y es que las marcas españolas no nos quedamos atrás a la hora de cubrir cristaleras y paredes, que van desde Place des Vogues, una pequeña plaza en Le Marais donde di mi primera calada con 16 años, hasta la entrada de servicio del Café di Flore. Podrás ver desde muros cubiertos por la última campaña de Loreak a Loewe. Parece que nos van las carteladas.

3. Ellsworth (34 Rue de Richelieu, 75001): no hay mejor forma de volver a alimentar a la fiera que con un menú creado por dos expatriados americanos que reinventan la cocina francesa a través de salsas y sabores más propios de su país que de la capital del ratatouille (sí, un pisto). Para nosotros, a parte de la vajilla y la cubertería, lo mejor fue la ensalada de endivias y un estofado de verduras con kale dorado al horno.

Pero lo bueno de Ellsworth no sólo es la comida, sino que cuando acabas de tomarte alguno de sus postres tienes la Maison Kitsuné a dos portales. Hubo un momento donde sólo pensábamos en coleccionar todos sus jerseys, pero ahora, años más tarde, influenciados por una estética más urbana o minimalista, vuelves y nunca decepciona.

4. Le Bonne Marché (24 Rue de Sèvres, 75007): vale, todos habréis visto en Instagram la típica instalación de una piscina falsa con gente debajo, sí, esa donde parece que hay gente atrapada bajo el agua. Pues esta vez e intentado volver a confundir los sentidos y las orientaciones, el artista argentino Leandro Erlich customizó las escaleras mecánicas del espacio propiedad de LVMH, Le Bonne Marché. Siempre está bien darse una vuelta y revisar la planta -1, zona dedicada al apparel masculino con marcas como A.P.C., Ami o Balenciaga.

5. Miel Factory (28 Rue de Sévigné, 75004): otro pequeño descubrimiento fue Miel Factory, una tienda de poco más de 15m cuadrados llena de opciones para los que pasáis de comprar la básica del Mercadona. Lo único, si no facturáis maleta, es que hay pocos formatos de menos de 100ml. Además, tiene otra cosa buena, y es que está a dos calles de The Row. La tienda oficial de la marca de las gemelas Olsen, y un buen sitio para calmar las ganas de lana.

6. Merci (111 Boulevard Beaumarchais, 75003): y por último, volvemos a lo más turístico pero que no puede faltar en Le Marais, Merci: hogar de turistas y compradoras de tiendas de decoración de toda Europa. Un espacio donde hacerte con piezas de diseño a buen precio, y donde no fallas si buscas algo que regalar.

7. L’atelier Brancusi (Place Georges Pompidou, 75004): otro espacio al que merece la pena ir, y que satisfará tu sed de conocimiento si no tienes ni un segundo para ir de museos es L’atelier Brancusi. Un espacio/museo único que revela el día a día de la romántica rutina del escultor Constantin Brancusi. Sin duda, un sitio al que ir.

*Títulos desechados:
‘Qué hacer en París cuando no te invitan a la Fashion Week’
‘Preferir ver Paquita Salas que Sacre Coeur, la guía definitiva de París’
‘Sí, yo también he ido a la nueva tienda de colette en París y no me gustó’
‘Fuck turism, o cómo no parecer turista en París’

Fotografía: Lucía Medín
Cámara, film y revelado: Yashica T4 + Kodak Gold 200 + Carmencita Film Lab
Texto: Román
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"Yo no busco, yo encuentro"

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