Miuccia Prada y Raf Simons presentan colección Otoño-Invierno de 2021 para hombre. En esta ocasión, al igual que la pasada temporada ss21 mujer, ambos creativos se sentaron para hablar con estudiantes de diseño y personas de la industria.
El cometido de estas charlas es poder acercarse un poco más a los consumidores de Prada y conocer la visión de nuevas generaciones reflexionando acerca de la evolución que está generando la moda y que impacto queremos causar.
Todo esto, evidentemente, pasado por preguntas sobre como ha sido el proceso creativo y anécdotas que fueron surgiendo a medida que la colección iba tomando forma, genera una iniciativa rompedora (en lo etimológicamente correcto) para una industria que cada vez se preocupa más por mostrar el trasfondo de todo un trabajo artístico e infravalorado – por el desconocimiento social – durante años.
Durante la presentación se hizo referencia a las siluetas escogidas para esta ocasión, también sobre la combinación de colores y prints creados pero lo más importante: se habló sobre en núcleo de la profesión más allá de los elementos estéticos que puede apreciar el público. “Empezamos a hablar muy pronto sobre qué tipo de piezas podrían representar algo muy cercano al cuerpo y que fuesen literalmente casi una representación del cuerpo. Buscábamos algo que pudiera ser quizás una pieza simbólica para todo este tipo de sentimientos que tenemos en este momento ”, dijo Simon. Por otro lado, la inquietante música (Plastikman – NARCOSIS & SPEKTRE), el diseño de set y las texturas del espacio, cuentan la historia de como los personajes (modelos) tienen el deseo de relacionarse e interactuar de forma cercana como hace tiempo que no podemos hacerlo. Una referencia a la época que vivimos.
La moda siempre ha estado en un plano muy visual y distante respecto a su consumidor final, quizás por eso, sobre todo a la cultura española, nos resulta complicado entender los precios finales de un producto o le quitamos valor al negocio de la Fashion industry. Es algo que está ahí, que todo el mundo consume por una cuestión de primera necesidad pero no estamos educados como para ponerlo en valor todavía. ¿Qué sentido tiene comprarse un libro si no te gusta leer? Aquí pasa una cosa parecida.
