Craig Green continúa su colaboración con Fred Perry explorando el legado de la firma británica en el mundo del tenis y lanzando una pequeña cápsula de tres nuevos modelos que remiten a los materiales crudos de la pista del tenis.
Las camisetas parten de una base blanca con acentos en verde neón como guiño a las pelotas de tenis. Cada color varía en función de los elementos de la cancha: desde la arcilla color rojo ladrillo hasta el verde césped pasando por las líneas blancas de tiza. En lugar de un proceso de teñido convencional, para esta colección se emplea una técnica especial con la que consiguen una irregularidad intencional que convierte a cada una de las prendas en única.
Aunque la silueta se mantiene fiel al diseño original, el toque de Green aparece con el pequeño emblema circular que aparece bajo la clásica corona de laurel de Fred Perry.