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De lo útil a lo bello, viaje de ida y vuelta

Publicado por el 09/09/2017 en Artículos

Como regla general, todo aquello que es útil deja de ser bello, según una cita de Théophile Gautier que supo adaptar y dar a conocer Oscar Wilde. Lo útil y lo bello como polos de un continuo que van del arte a la guerra, porque es la guerra el momento en el que más se busca la funcionalidad. Y sin embargo, son muchas las ocasiones en las que el utilitarismo ha perdido su objetivo básico para buscar la belleza.

Durante los 70 y 80 y por petición del ejército alemán, distintas fábricas produjeron un único diseño que sería conocido como Bundeswehr Sportschuhe (zapatillas del ejército). Debían ser alemanas, todoterreno, baratas de producir y sin marca visible. Aunque nunca se hizo público el autor del diseño, en distintos momentos PUMA y adidas fabricaron aquella zapatilla e intentaron apropiarse de la silueta creando modelos similares que llegaron a las tiendas con el nombre de Samba (adidas) u Oslo City (PUMA).

Es muy habitual que las marcas deportivas diseñen zapatillas expresamente para el ejército; durante la Segunda Guerra Mundial Karhu calzó al ejército finés, Converse calzó a Estados Unidos mientras adidas lo hizo con el bando contrario. Hace algunos años New Balance creó una 577 especial para la armada israelí y uno de los diseños clásicos de Nike, la Trainer de 1987, surgió como un intento de diseñar una zapatilla multifuncional para el ejercito estadounidense que finalmente no cuajó.

Fue el diseñador Martin Margiela quien recuperó aquella zapatilla que compartieron los ejércitos alemán y austríaco. Además de sus colecciones, a partir de 1994 Margiela, creó cápsulas con pulcras interpretaciones de diseños que consideraba clásicos. Cada uno de los artículos de aquellas colecciones debían ser idénticos a las piezas originales, el ejemplo perfecto y atemporal de lo que era un buen producto. Adelantándose a lo que hoy consideramos habitual, Margiela no actuaba como un artista sino como un comisario artístico.

Uno de esos diseños fue la Bundeswehr Sportschuhe, que tras el toque de Margiela pasó de ser una zapatilla barata y accesible a un objeto de coleccionista. Como una oculta cita del urinario de Duschamp, Margiela pretendía que viéramos moda en un producto que ya conocíamos. En lugar de buscar lo nuevo, Margiela ponía en la pasarela una zapatilla que ya estaba en cada armario y no lo escondía; la zapatilla se llamaba simplemente Replica. El concepto de moda habitualmente se relaciona con la novedad y la exclusividad, Margiela ponía el acento en un modelo barato que cualquiera podía tener.

Para alejarse aun más del concepto de creador, Margiela compró una de aquellas German Army Trainers de segunda mano y pidió a sus colaboradores que la pintaran. Irónicamente, aquella zapatilla elegida por tratarse de un objeto de consumo masivo se convirtió en un objeto de coleccionismo. Con la Bundeswehr Sportschuhe bajo el foco, muchas marcas recuperaron o lanzaron zapatillas inspiradas en ellas, adidas Samba, Resplit y BW Army, Moncler New Biarritz, Le Coq Sportif Stadio, Epaulet Sport Trainer, Sophnet GAT, Primark o la práctica totalidad de la marca Svensson se basan en una zapatilla que podía encontrarse en cualquier tienda de segunda mano. O en las más tiendas más exclusivas.

De lo útil a lo bello en un viaje de ida y vuelta.

Autor: Kike Marina
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