Decían en el pasado que cuando París estornudaba, Europa se resfriaba. No sabemos si la misma analogía se podía aplicar al caso de ZARA. Pero lo cierto es que la firma del Grupo Inditex ha presentado recientemente su nuevo logo y los comentarios y especulaciones no han tardado en llegar, estando en boca de todos. Bueno, presentar es una palabra demasiado grande ya que, como suele suceder en la firma coruñesa, la novedad no ha sido comunicada de ninguna forma más allá de la implementación directa.
Como todos los medios se han encargado de aclarar, se trata del segundo cambio de logotipo de la enseña en sus 44 años de historia. Pero sí que puede ser especialmente por el momento en el que llega, lo llamativo de la evolución y por la dirección que están tomando las principales casas creativas del mundo de la moda.
El logo de ZARA cambia hacia una versión más brutalista, impactante, en la que desaparece el aire entre sus diferentes elementos y consigue un golpe visual más directo. Mantiene la serifa tan característica de su anterior logotipo (datado de 2011) y choca frontalmente con las renovaciones visuales que han hecho marcas como Burberry, Balenciaga o Saint Lauren últimamente.
Todos estos casos coinciden en el paso hacia logos marcados por el palo seco y las formas sólidas, verticalidad y, todas ellas, apostando por el logotipo y dejando atrás otros recursos de marca. Como el isotipo o el imagotipo. Balmain o Celine son otros casos que han optado por soluciones similares. Lo que está claro es que estos logos buscan adscribir las marcas en el universo del lujo (con un punto street) y un recurso que es precisamente eso, un recurso. Y construir el resto de identidad de marca a través de otros elementos adyacentes. ¿Es este un movimiento acertado el que están implementando estas maisons? Sólo el tiempo lo dirá.
Por su parte, ZARA parece ir en la dirección completamente contraria. Y es que su caso es tremendamente curioso. Para esta firma, la imagen de marca nunca tuvo demasiada importancia (no estando presente en sus prendas a nivel visual), si no que lo esencial era el producto. Esta actualización incide precisamente en una idea opuesta: crear marca e identidad ZARA. Lo que parece una respuesta lógica porque, precisamente si algo tiene ZARA es identidad y notoriedad. El nivel de awareness por parte del público hacia el gigante gallego es absoluto, sólo hacía falta darle una entidad visual más potente.
Para ZARA, el producto puede llegar a actuar como una commodity. El público sabe que en cualquiera de sus tiendas encontrará moda en su máxima expresión. Las prendas que se llevan tanto en las pasarelas como en las calles más fashion del planeta concentradas en un puñado de metros cuadrados, con una calidad aceptable y a un precio accesible.
Quizás precisamente es eso lo que quieren lograr desde Inditex. No por casualidad ya muchos han afirmado que el nuevo logo les recuerda demasiado a, por ejemplo, el de Harper’s Bazaar. ¿Es eso lo que pretende transmitir esta nueva solución? ¿Que ZARA es la puerta a la moda, una especie de catálogo con todas las tendencias pero que en este caso puedes tocarlas y llevártelas puestas contigo?
Lo cierto es que el nuevo logo de ZARA es, ante todo, la respuesta a un mundo mucho más digital. El impacto que ofrece nada más entrar en la web es llamativo y, a la vez, su convivencia con el producto en ese mismo espacio es harmónica. A la vez, ha incorporado el color (hecho que todas las firmas de alta costura están desechando en sus soluciones visuales) y su aplicación en redes sociales parece acertada, aunque en pequeños formatos pierda legibilidad.
Sin duda, un cambio que parece gritarnos algo. Ahora sólo queda descubrir si grita evolución o (r)evolución.