Elizaveta Porodina, es una fotógrafa de moda, que no se parece a ninguna otra fotógrafa de moda. El trabajo visceral y surrealista de la artista, refleja una trayectoria desde el psicólogo clínico hasta un trabajo de fotografía de moda no lineal. En la última década, pasó de estar como fotógrafa en un hospital psiquiátrico de Múnich a sesiones para marcas como Louis Vuitton o Carolina Hererra.
Este año, sus proyectos han aparecido en The Cut, GQ y ediciones de Vogue; ha trabajado con celebridades como Chloé Sevigny, Janelle Monae y Grimes. Le tomó tiempo encontrar su camino hacia la industria. En lugar de recibir una formación artística, cedió ante la presión de sus padres para hacer algo serio respecto a su pasión y pasó años de su carrera trabajando con chicas de entre 9 y 40 años que padecían trastornos alimentarios…»Cuando comencé a trabajar, supe que algo no estaba bien«, dijo Porodina. “Siempre estaba pintando e ilustrando. Siempre estaba escribiendo canciones «.
En su tiempo libre, fotografiaba lookbooks para estudiantes de moda que necesitaban ayuda para poder exhibir las colecciones. «No me pagaron por eso. La única condición era que lo haría exactamente como quería«.
Un comienzo poco convencional todavía es evidente en el enfoque que ha querido dar Elizaveta. Ella confía en su forma de trabajo y, a veces, incluso en su móvil, para capturar momentos. Sus imágenes rara vez, se someten a un aumento extenso en postproducción. En cambio, la mayoría de sus paisajes se realizan a través de complejos equipos de iluminación y elaborados diseños de escenarios. Imágenes únicas, han atraído la atención de algunos de los nombres más importantes de la moda deseosos de llevar la estética característica de Porodina a editoriales y campañas.
Las firmas se han alejado del aspecto exuberante de principios de la década de los 2000, centrándose en las imágenes que pueden ayudarlas a destacarse en las rrss. Pocos creadores de imágenes que trabajan en la industria, se encuentran a caballo entre la fotografía y las bellas artes con tanto éxito como ella.
Su trabajo, dijo la fotógrafa, es el resultado de una perspectiva creativa y una precisión técnica inmaculada. Esta última parte, lo logra con el apoyo de su director de iluminación, Josef Beyer.