Y no es el primero, ni será el último. En un 2018 que ha empezado movidito para el gigante sueco tras la desafortunada sudadera del coolest monkey, ahora vuelven a la primera línea de la polémica con su demanda en NY para conseguir despojar a los artistas callejeros, concretamente a Jason Williams a.k.a. REVOK, de sus derechos de autor sobre sus obras, para así ellos utilizarlas libremente en sus prendas. Sin reconocimiento alguno al autor ni compensación de ningún tipo. Lo que viene siendo una apropiación indebida encubierta.
Ante semejante disparate, la comunidad artística, en su más amplio espectro, ha alzado sus botes de spray y no ha perdido la ocasión para poner las cosas en su sitio. Genios de la talla de KAWS se han encargado de sepultar artísticamente a H&M tras hacer públicas sus intenciones, y toda una legión de artistas se han sumado a este movimiento en defensa de lo que es suyo.
REVOK, cuyos diseños quería utilizar ilegalmente la multinacional (otra vez), pulsó el botón rojo y plantó cara a ésta, buscando que se retractara de sus acciones. Sin embargo, su respuesta no fue otra que decir que «un acto vandálico penado por la ley no tiene derechos de autor alguno y, por ello, son de libre uso».
Multitud de escaparates de la empresa de retail han amanecido estos días pintados por distintos graffiteros con el lema ‘FUCK H&M’. Al parecer, sobre estas obras no tienen intención de reclamar ningún privilegio, por lo que podrán hacer camisetas y sudaderas con esa leyenda gratuitamente.
— H&M (@hm) 15 de marzo de 2018
Días después de la tormenta, H&M no tuvo más remedio que retirar la demanda, sugiriendo que su intención no fue nunca la de utilizar indebidamente el trabajo de Williams y que intentarían solucionar el desaguisado directamente con el artista. De haber seguido adelante con sus abusivas intenciones, podría haber sentado un precedente bajo el cual todos los artistas callejeros se habrían visto expuestos a perder impunemente su medio de vida y expresión.
Parece ser que las aguas de momento vuelven a estar calmas. Esperemos que la próxima vez, el ejecutivo de turno reflexione antes de provocar situaciones tan abruptas y tomen conciencia de que el que ejecuta la obra, tiene la autoría, sea en el MoMA o en un callejón de Praga. El medio no determina la legitimidad de la obra, ésta lo hace.
El arte es de libre disfrute, no de libre explotación CEOs del mundo.