Estoy seguro que alguna marca en España me necesita. Me necesita de «consultor». Quiero ser consultor. Me gusta la palabra. Es como un grupo de letras que crean magia, crean misterio. «¿A qué te dedicas?» «Soy consultor». Es como un puesto mágico, etéreo, oscuro, místico.
Es como aquellos que dicen haber visto un unicornio.
España necesita consultores. Especialmente en el sector de la moda. Y en el sector de según que deportes. La importancia que han adquirido los y las bloggers de moda en marcas como Mango o Zara no es gratuito. No es porque son cool. No nos engañemos. Las maneras de niñ@ ric@ o el ir con un bolso que estas pagando a plazos no te hacen haber sido elegid@. Es el hecho de «saber de lo que hablas», de tus horas delante el ordenador devorando información, y de tus días, meses o años metido en tu pasión.
Quiero ser consultor. Quiero poder dar mi opinión a un grupo de personas en traje que tienen puestos de renombre y que me escuchen y pongan en practica mis consejos. Quiero hacer trucos de magia y sacar papagayos de mi gorra. Las limitaciones, autoimpuestas por su propio publico, empiezan en la cabeza de los responsables de esas marcas.
Innovar no es facil. Pero se puede.
Y aqui un ejemplo, que aunque parezca absurdo, o de pie a absurdos comentarios es muy cierto: Rebasar las limitaciones para crear algo propio y crear un nuevo debate sobre un clásico debate: