Vitra Showroom Madrid recoge las fotografías de la artista Cristina Rodríguez de Acuña Martínez en honor al alma y espíritu de la casa familiar de Javier Carvajal. El arquitecto, que contó con una vida repleta de galardones, pasó su adolescencia en la que se conocería posteriormente como Casa Carvajal.
Aunque nació en Barcelona pronto se mudaría a Madrid y allí comenzaría su carrera en la Escuela de Arquitectura de Madrid, donde consiguió el Premio Extraordinario Fin de Carrera. Desde ahí, comenzaría una carrera profesional muy fructífera rodeada de galardones por su obra. Tales como el Premio de Roma de la Academia o el Premio de la Fundación Rockefeller por su pabellón en la Feria Mundial de Nueva York.
Cristina Rodríguez de Acuña Martínez recoge en su libro “Miradas cruzadas: la Casa Carvajal” un recorrido en imágenes y textos por la vivienda que el mismo Carvajal proyectó y construyó para su familia. Hoy en día, todo un referente de la arquitectura brutalista de nuestro país. En la obra, se recorren centenares de recuerdos en forma de fotografía sobre las vivencias del arquitecto y su familia. Además, de Acuña Martínez recopila reflexiones de los seguidores y discípulos de Carvajal que la ayudaron a entender mejor el espacio.
La Casa Carvajal, símbolo del brutalismo español, se reconoce por el exceso en el uso del frío hormigón, por sus patios y fuentes y por cómo la naturaleza invade este espacio tan crudo.
En la exposición Miradas cruzadas. La Casa Carvajal., Vitra Showroom Madrid muestra una selección de las fotografías originales que ayudaron a componer el tratado. Estas imágenes son todo un ejemplo que ayudan a entender el espacio arquitectónico que Carvajal levantó. Con el tinte de las sensaciones que el arquitecto quería suscitar con su obra. La exposición se puede encontrar en Vitra Showroom Madrid hasta el 1 de octubre, en la Calle Padilla 21.
Este homenaje nace de la necesidad de la fotógrafa por realizar un homenaje al arquitecto. Su interés por la fotografía la acompaña desde los 13 años, hecho que quizá le ayudase a crear esos paralelismos con el arquitecto. El proyecto Miradas Cruzadas es el resultado de un trabajo de cinco años que podría considerarse el diario de la artista. Un diario que habla de una casa que canta su historia sin necesidad de voz.
