París es una ciudad para entregarse a la lujuria, a la indulgencia, a la delicadeza, a la ostentación con buen gusto. A vestir los pies con unas sneakers que representan lo singular y laborioso de los macarons de colores saturados. La joie de vivre à vous pieds.
Nueva York: millones de personas desplazándose rápido, sin detenerse, con un rumbo prefijado. Stress. Cultura urbana y estímulos audiovisuales. Taxistas que se gritan. Bicicletas sorteando a estos taxistas. Y en la Second Avenue con la 86, de una planta baja de un edificio de ladrillo visto con escalera de incendios exterior sale un cálido y sugerente olor a comfort food: en la vitrina del local acaban de dejar una strawberry cheesecake recién horneada, que comparte su textura y tonos tostados con las sneakers que nos han conducido hasta la bakery.
Si existe está en Tokio. Una ciudad capaz de seleccionar tendencias globales y modificarlas según gustos locales. Harajuku Crepe es eso, una sneaker inspirada en el templo de la nata, el chocolate y la glucosa abrazados por un crepe nipón. Sabores occidentales con sinuosas formas orientales.
Entre tradiciones milenarias y una nueva cultura hipertecnológica. Shanghái es el espejo de los movimientos jóvenes y urbanos del país más poblado del planeta. Urbe de ambición, estética cyber con toques kawaii y ambición por hacerse ver.
Fotógrafo: Hector Pozuelo
Modelo: Raquel Bosca
Make Up: Sonia Calatrava
Cámara: Contax T3
Film: Kodak Portra 400
Revelado & escaneado: Carmencita Film Lab