No te importará que se alargue la Sobremesa gracias a latigo

La sobremesa, es un concepto curioso. Muchas veces se hace corta, miras por la ventana y te das cuenta de que ya está anocheciendo. En otras ocasiones, quieres acabar el postre y levantarte inmediatamente, hay muchas cosas que hacer.

De La Sobremesa de latigo, no tengo ninguna duda de que no te querrás ir. Y es que así se llama su primera colección completa que lanzan en sus casi 9 años de vida, que da el pistoletazo de salida a una nueva etapa de la marca tras un profundo proceso creativo desarrollado en el último año y medio.

La Sobremesa -de cuya palabra no existe traducción al inglés- invoca el período posterior a una gran comida, ese momento de tertulia en torno a la mesa entre familiares, amigos o futuros compañeros de negocio. La energía en el ambiente cuando las partes conectan a través de una nota escrita en el ticket del restaurante, como la promesa de un nuevo proyecto.

Este manifiesto nos introduce “El Madrid de latigo”, el nuevo universo en el que se desarrollará la marca y que nace de la conversación entre los valores que derivan de su legado (diversidad, familia, tradición) y la identidad de la ciudad de Madrid. El resultado es un equilibrio entre una narrativa local y un producto más refinado y autobiográfico, que pueda hablar tanto de Oiza, Feduchi o Jarmusch, como de las interminables sobremesas familiares o los paseos invernales por el parque de El Retiro.

La nueva colección incluye piezas de corte y confección propia y hechas en España como camisas, chaquetas y forros polares, y una línea de básicos “de diario”, hechos a partir del mejor algodón made in Canada.

Hemos tenido la suerte de hablar con Muna y Pablo Alzaga para que nos hablen más en detalle del proyecto. Sobre la relevancia de la marca:

Muna: La relevancia en cualquier marca es algo importante y es difícil de quitárselo de la cabeza, pero creo que no hay que obsesionarse con ello. Sobre todo durante el proceso creativo, ya que puede condicionarlo y dando lugar a colecciones que no representen a la marca, solo por la búsqueda de una relevancia efímera que no le hace ningún bien a medio/largo plazo. Hay que entender que no siempre se puede estar arriba y que se trata de una carrera de fondo.

 

Pablo: En mis años de experiencia de relación con marcas y proyectos creativos, he acabado por aceptar que el stay relevant es un equilibrio imposible. Toda trayectoria de marca tiene forma oscilante, y el verdadero reto está en la gestión del proyecto entre sus picos de relevancia. JW Anderson necesitó varias temporadas para situar a Loewe en un escalón de privilegio, y referentes del street como Supreme o Stüssy no han molado siempre lo mismo a lo largo de los últimos veinte años.

En ese aspecto, el obligado confinamiento de marzo de 2020 fue una excusa perfecta para hacer un alto en el camino y revisar, documentar y encaminar el horizonte de latigo. Un rediseño del flujo de su trabajo y una actualización de los códigos. La gran conclusión que sacamos del primer proceso de revisión latigo es que la defensa del producto y su relevancia tiene una estrecha relación con la honestidad. Ahí es cuando tomamos nuestra primera gran decisión: «hablemos de lo que vivimos».

 

¿Qué representa la familia de latigo en 2021? Conceptualmente, es lo más parecido a una sobremesa en un restaurante de Madrid. Una comida de equipo un viernes a las 3, justo al salir del estudio. Una vez al mes reservamos mesa en el Kitchen de Vallehermoso, y somos tan felices comiendo allí que siempre alargamos la tertulia tras el último curry de gambones. Y es justo en ese instante, cuando se abre la green room de la tarde: una idea brillante que apuntamos en las notas del iPhone mientras se discute sobre quién quiere pagar esta vez (jamás se divide la cuenta), el ticket que guardamos como recuerdo y esa sensación de que la relación con las personas que tenemos alrededor ha cambiado para siempre. Como diría Jesús Terrés, la vida en torno a una mesa.

Sobre la documentación de las fuentes narrativas de la marca, los proyectos de latigo siempre se han caracterizado por aplicar una fuerte carga narrativa a sus colecciones, casi siempre nacidas en torno a conceptos relacionados con el archivo de la ciudad de Madrid. La Isla del Manzanares o El Barrio de Aranoa.

Respecto a la conceptualización de la colección:

Muna: En una marca como la nuestra, la carga emocional es la base de la pirámide narrativa. La chispa que prende la mecha de una nueva colección. Nuestros valores y vivencias nos nutren a la hora de inspirarnos. Muchas veces son conceptos que han estado delante durante años formando parte de nuestras vidas, pero que no explotan hasta que algo los detona.

«En el caso de La Sobremesa, nace de una sobremesa real, previa al concierto de El Cigala este verano en Las Noches del Botánico, fumando un puro que en la vitola suscribía esta palabra.»

 

Muna: Suele ser así, algo que tenías delante durante años formando parte de ti y que de repente se ilumina en tu cabeza y cobra sentido, una especie de epifanía o revelación.

Pablo: Para nosotros, era indiscutible preservar el legado de latigo en ese aspecto.

Muna: Después de 8 años, hay ciertos pilares que están muy arraigados a la identidad de la marca y queríamos mantenerlos a toda costa, aunque se renueven y acerquen a la actualidad.

 

Y respecto a poner en valor el elemento de Madrid durante el proceso creativo:

Muna: Mi relación personal con la ciudad de Madrid es de amor/odio, como supongo que la de cualquier persona que lleve el tiempo suficiente viviéndola como para conocerla. Madrid es una ciudad acogedora y competitiva a partes iguales. Siempre he visto Madrid como un New York a pequeña escala, una ciudad a la que la gente de todas partes de España viene con la intención de convertir sus sueños y aspiraciones profesionales en realidad y que acaba echando raíces en ella de forma inevitable.

Pablo: Estos últimos meses, nuestro entorno nos ha enseñado que la madurez creativa tiene mucho de gestión de expectativas. Es un proceso que requiere foco, constancia, honestidad y feedback constante, especialmente esto último.

«Me quedo con todas las personas que, hayan formado o no parte del proyecto, nos han regalado una conversación, reflexión o un simple comentario que ha hecho crecer el nuevo latigo. Para mí, ese es el verdadero valor de la comunidad creativa de España.»

 

La Sobremesa ya está disponible en la web de latigo.