Si una marca sobrevive al paso de las décadas, es que o bien ha conseguido una falsa fidelidad o hay algo supremo en ella. A lo largo de los años Comme Des Garçons ha puesto en práctica la apropiación fotográfica en numerosas campañas. Sin embargo, siempre ha mantenido un exquisito equilibrio entre el storytelling y sus productos. Acne Studios, Loewe o Calvin Klein; son algunas de esas marcas comodines que pueden permitirse dicha apropiación.
Ahora hablemos del cine quinqui o la otra cara de la Transición. Odiado por muchos, divinizado por otros, estos miembros del lumpen comenzaron a robar para subsistir. Es entonces cuando la heroína llega a las costas españolas, transformando a los Robin Hoods en adictos. Los quinquis eran, en definitiva; tipos duros, desgarbados y con mucho estilo. Vaqueros ceñidos, camisas abiertas y pelos alborotados. Encajan perfectamente en el arquetipo de Chico Acne. Y lo que hubiera molado un movimiento a lo Lo Life con dichas marcas. Jose Luis Manzano de Celine, “El Mini” de Helmut Lang y “El Torete” de Enfants Riches Deprimes. Lamentándolo mucho, de eso ya no queda nada. Seguiremos escuchando a Los Chichos mientras fantaseamos con otros tiempos. Paz allá donde graviten.