Cover photo credit: @mooravd
El 2019 me lo podría tatuar, como hice con el 2018. La diferencia es que el 2018 me lo tatué para recordarme todo lo que no quería repetir del 2017 y del 16 y del 15 … y el 2019 me lo podría tatuar para recordarme todo lo que quiero mantener.
Cada vez que intento escribir algo sobre este año, inevitablemente lloro, de hecho ahora lo estoy haciendo. Lo que pasa es que me comprometí a hacer esta lista un año más porque sé que me alegrará haberla hecho, aunque ahora me dé pereza. Siempre me pasa eso cuando tengo que escribir, la pereza, y por eso, esta vez, voy a llorar y a escribir y a ver qué pasa mientras miro mi tattoo de 2018, que me recuerda que no tengo que pensar tanto todo.
Supongo que uno tiene tanto miedo de lo nuevo, como de desprenderse de ello una vez conocido. Soltar soltar soltar, ardua tarea wey. Podría decir que toda mi vida he estado calentando para el baile infinito que ha sido 2019, toda la vida viendo bailar y queriendo hacerlo, toda la vida sentada al borde de la silla, mordiéndome las uñas, a punto de levantarme pero permaneciendo sentada y por fin, un día te levantas y te unes a la fiesta. 2019 ha sido un año de celebración, de celebrarme, al igual que el 2018 fue el año del perdón y me perdoné.
He aprendido tantas cosas este año…una de las más importantes que 2019 me ha enseñado es que uno es humilde en tanto sabe recibir los regalos de la vida; que no es solo dar, que hay que saber recibirlos, aceptarlos, agradecerlos y celebrarlos, y yo, este 2019, me he abrazado al regalo que es la vida y he sol-ta-do ese discurso hater de mierda que tenía. Porque hacer las cosas desde la desidia, la queja, el rencor, es un crédito muy fácil y, este año, me ha servido para constatar que yo quiero construir desde el amor. Quién me iba a decir a mí en 2016 que yo iba a poder decir esto sin querer vomitar o meterme debajo de una sábana muriendo de vergüenza ajena-propia, o subir los ojos hasta casi dejarlos en blanco o las tres cosas a la vez. Pues aquí saluda la nueva Patricia ready pal’ 2020 y ready to be a potential ayahuasca lover peace and love for everyone #freehugs #sustainable #travellover #womenpower #animallover #aceptacióncuotadeautónomos.
He aquí, por tanto, una lista reducida por petición expresa del propio medio, ya que el año pasado les volví locos debido a mi naturaleza pisciana-indecisa y les mandé como 800 fotos por cada punto, pero como este año soy mucho mejor y ya sé ir a restaurantes y no decirle a mis acompañantes que decidan por mí mientras sudo frío porque el camarero ya ha venido cien veces, os dejo aquí diez de las cosas que han hecho de mí #mimejorversión (te imaginas que dijera eso? ahora SÍ, vomito #eyesrolling).
Top 10 del 2019 para Patricia Valley:
1. Bailé.
Convertirse en adulto supone, inevitablemente, transformarse en un saco de miedos e inseguridades y dejar de lado muchas actividades para, supuestamente, centrarse en “las importantes”. Yo dejé de hacer muchas cosas: dejé de pintar; recuerdo que me flipaba y lo hacía a todas horas, no paraba de pintar. La otra es bailar, dejé de bailar. Lo he dicho siempre, solo hay una cosa que me haga más feliz que bailar y es comer y, sin embargo, me castigué sin hacerlo durante demasiados años, y demasiados años privada de hacer una de las cosas que más feliz te hacen, son demasiados días, semanas y meses triste.
Empecé a soltarme poco a poco y terminé bailando 4 días a la semana durante dos horas en una escuela en NYC sin importarme por fin si lo hacía bien o mal, solo bailaba. Entonces, cada vez que me tocaba salir al centro de ese círculo entendí que nunca más iba a poner en peligro mis pasiones, a no ser que realmente quisiera matarme.
Me dolía todo el cuerpo, y ese dolor se volvió casi adictivo porque para que no doliera había que seguir bailando, y eso es exactamente la vida.
2. Saqué mi segundo single.
Saqué nuevo single ‘We had enough’ del proyecto musical que empecé en 2018, ‘Out of The Valley’, y me costó tomar la decisión, tanto como si sumase todas las veces de mi vida que no supe qué pedir en restaurantes.
Básicamente, decidí compartir una historia, en forma de canción; mi historia, la que cuenta una parte de mi vida que para casi todo el mundo permanecía oculta, se llama Depresión y vivió conmigo años, y bueno, digamos que no se quería ir la muy puta, pero lo que no sabía, es que yo tengo el carácter de alguien que ha pasado mucho frío en su infancia, y la iba a sacar a patadas, me costase lo que me costase y, de paso, mientras tanto, me dio para componer canciones y escribir textos que nunca verían La Luz.
Digamos que mi dilema navegaba entre si aportaba algo el que yo compartiese eso o si, por el contrario, sería una queja más de todas las que hay ya en el mundo en forma de relato egocéntrico.
Al final, entendí que necesitaba dejar el espacio en mí para empezar a crear desde otros sitios y, al mismo tiempo, aceptar que no va a cambiar nada que yo cuente mi historia, la noche seguirá al día, el verano a la primavera y nadie es tan importante, pero quizás, compartirlo, pudiera ayudar a alguien que haya pasado por lo mismo y hacerles ver que no están solxs, que hay más gente de la que creemos que está de mierda hasta el cuello.
Mención especial a Edu Ostos, Clara Brea, Eneko, Patricia Waltz y Luis Valverde, que hicieron posible que esto saliera a La Luz gracias a su infinito apoyo y talento.
3. Desaparecidos.
Este año ha estado lleno de proyectos nuevos que no tienen nada que ver unos con otros, como ha pasado siempre por suerte en mi vida. Entonces, llegó a mis manos el personaje de Sara, uno de los personajes de la serie ‘Desaparecidos’, que se estrenará en Telecinco este año. Creo que, mejor que ver cómo mi personaje crecía en cada capítulo, fue tener el honor de compartir elenco con todos mis compañerxs, que simplemente fueron un 10. Estar en un set horas esperando y concentrado no es fácil, pero hay veces que te llegan regalos como este, donde todo el mundo tenía una sonrisa desde la hora 1 a la hora 14, y donde todo el mundo hizo todo lo posible para que yo también la tuviera.
4. Me fui a NYC.
¿Alguna vez has soñado muchas veces con sitios donde nunca has estado? Durante años, uno de los sueños intermitentes que tenía era vivir en NYC: paseaba por mi barrio en Brooklyn y hablaba con mis vecinos.
La primera vez que estuve allí, creí ciertamente en las vidas pasadas. Entendí el sentimiento de pertenencia al estar y la nostalgia antes de haber llegado.
Siempre me ha costado tomar decisiones, y más esas que sabes que pondrán patas arriba tu vida. Y como uno no puede ser distinto en el mismo sitio donde ha sido tan miserable, me fui de Madrid, cogí mis ahorros y el 21 de octubre estaba paseando en Brooklyn y hablando con el dueño de Martínez Groceries.
5. Volví a estudiar.
Volví a ir a clases con mi maestro Fernando en Madrid.
Él mismo me habló un día tomando un café de Susan Batson Studio y, como yo creo que no es fácil tener a una persona en la vida a la que consideres tu maestro, simplemente seguí su consejo y me fui allí a estudiar tan pronto como pude.
Ahora, puedo decir que tengo más maestros, todos distintos y todos necesarios, que han suplido en número, en inspiración y calidad humana a todos los profesores de mierda que tuve en el colegio, instituto e incluso algunos de la uni.
No puedo estar más agradecida a todxs ellxs por haberme enseñado tanto, haber creído en mí, haberme guiado, escuchado, visto, sentido.
Gracias a la escuela también por haberme puesto en el mismo espacio-tiempo que Anais, que hizo que toda mi vida fuera, desde que apareció, simplemente mucho mejor.
6. Pasé de tener una relación enfermiza con el móvil a una relación OKEY.
Podría seguir engañándome y decirme a mí misma que no he consumido años mirando esa pantalla y sería MEN TI RAAAAAA.
Si hay algo que indiscutiblemente está unido a que este año haya sido más feliz que otros, es el hecho de que he pasado del móvil mucho más.
No voy a deciros que me quité las redes o que solo me comuniqué por llamadas desde el teléfono fijo, pero sí entendí que la inmediatez y yo ya no éramos amigas, que podía tardar en contestar y no pasaría nada y que lo de publicar en IG porque “tienes que” no cabía más como concepto en mi vida.
Y claro, una cosa lleva a la otra y te desconectas y te conectas y, de repente, un día ves que tus publicaciones empiezan a tener fecha exacta porque ya te pasaste de la semana sin publicar y dices, qué gusto joder!
7. Pasé más tiempo que nunca cerca del mar.
Photo credit: @borjafilms
El 2019 fue despedido e iniciado en el mar junto a Borja, Txus, Sebas y Pablo (OKM), cuatro personas muy importantes y, durante los 365 días restantes, pasé muchos de ellos en mi hábitat.
Pasé mucho tiempo en Las Baleares, que es uno de mis sitios favoritos del mundo, me reuní con Borja y Tylie (OKM) en Ibiza en mayo y junio respectivamente, conocí a gente fascinante y también navegué en barco, viví en él, aprendí a soltar el ancla, a cuidar del agua que bebía y también de la que me rodeaba, y pensé, por momentos, que la vida terrestre no tenía más sentido. De hecho, al volver de mi aventura naval, tuve un mal de tierra que me duró tres días con vómitos incluidos que a mi yo del 2019 le parecen una bendición por todo lo vivido #blessed #goodvibesonly #####
8. Hice la campaña mundial de Intimissimi.
Básicamente, fue uno de esos castings que mandé sin ninguna pretensión. Al principio, mi booker me había dicho que no estaba en la selección de chicas que pedían para ver en casting, pero yo lo grabé igualmente y él lo mandó igualmente.
Jamás pensé que fueran a elegirme, pero yo quería participar, porque en el casting había que bailar y por eso terminé bailando ‘Rock Your Body’ de Justin Timberlake (future husband), y haciendo mi paso estrella “el robot”.
Se lo mandé a mi booker, me llamó, nos reímos mucho por el vídeo y yo pensaba que había quedado en eso, en unas risas.
A la semana me llamó diciendo que hiciera las maletas para irme a Lisboa, y yo no podía creerme que me quisieran mí y que todo eso fuera suceder en una de mis ciudades favoritas del mundo, Lisboa, en la que, con la excusa, pasé unos días más.
9. VOLVÍ A SER FELIZ.
Photos credit: @borjafilms
…y me regalaron un Satisfyer
o me regalaron un Satisfyer y volví a ser feliz?
Mujeres del mundo, 2020 es nuestro!
10.
Mi profesor Carl me dijo que uno de mis retos de este año debía ser tomar el riesgo de fallar, de no vivir en ese pánico por hacer las cosas mal y, como me pidieron hacer una lista de 10 cosas, voy a hacer 9…
A tope de riesgo!!
GRACIAS CARL !
Y gracias a mí por haberme dado la oportunidad de ser #mimejorversión HAHAHAHA.