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Por qué necesitas un polar fleece ya

Publicado por el 24/10/2019 en Artículos

 

Es oficial: el otoño ya está aquí, el frío ha llegado y, si aún no lo has incorporado, necesitas aumentar tu armario con un polar fleece. Los polares son la prenda de esta temporada. Aunque hasta ahora eran una opción que, salvo honrosas excepciones, estaba más destinado a outfits domingueros, tanto los retailers generalistas como las marcas high end están incorporando fleeces a sus colecciones. Así que, ya no hay excusa.

La eliminación de las barreras entre la moda urbana, el componente técnico y el universo atlético es cada vez más notoria. Ni es una tendencia nueva, ni original. Tampoco en lo relativo a los polares. Desde el primer Patagonia, pasando por los quarter zip de Polo Sport, hace ya tiempo que el polar ha pasado de ser lo que llevaría tu padre para convertirse en un must.

Aunque los que hemos nacido desde los ochenta en adelante tenemos muy interiorizado el forro polar como un material más, si nos remontamos atrás en la historia su aparición data de 1979 gracias a la colaboración de dos compañías míticas: Patagonia y Malden Mills, que ahora conocemos todos popularmente como Polartec. Por su precio, ligereza, durabilidad y facilidad para el mantenimiento, la llegada de esta fabric sintética fue un éxito para las dos marcas (que fue conocida, inicialmente, como Synchilla – chinchilla sintética). Tanto, que de hecho el polar fleece de Patagonia sigue siendo uno de los elementos con mejor rendimiento a nivel comercial de su catálogo. 

 

 

Aunque el hype fuerte de los fleeces tuvo lugar en 2018, la temporada que está comenzando está llamada a ser la de la consolidación (y quién sabe si muerte, dado que los ciclos de la moda son cada vez más cortos) de estos polares. Y es que si el año pasado fue en el que vimos a marcas como Balenciaga, Lanvin y Moncler actualizar sus catálogos con polares, y celebridades como Shia LaBeouf o Kendall Jener llevarlas abiertamente y sin complejos en público, 2019 y 2020 son los ejercicios en los que generalistas como Uniqlo venden sus polares a pares o incluso en versiones más exclusivas como la colaboración con Engineered Garments

¿Qué tiene el polar fleece para enamorar al high end, a los normies y a los padres? Desde un feísmo que va en línea con las corrientes estéticas actuales, pasando por la comodidad que ofrece al usuario, así como las múltiples posibilidades a la hora de combinarlo (aportando el punctum en looks más formales o la continuidad en outfits más deportivos). Un fleece puede ser discreto y comfy o puede ser llamativo y con un áurea de neo-retro. 

Un fleece no es bonito, especialmente para el ojo inexperto. Pero tampoco tiene que serlo. Y, no olvidemos, cuenta en su haber con una cualidad que la mayoría de tendencias actuales no dispone: es una prenda tremendamente agradecida. El fleece representa, además, el éxito de la contracultura actualizado al momento en que vivimos, en donde los excesos se producen en Silicon Valley y no tanto por parte de los rockstars

 

 

El polar es, también, la utilidad aplicada a la vida moderna. Las aventureras y aventureros ya no son aquellos que suben montañas, que también, sino los que se enfrentan al día a día cargados con los AirPods, la tablet, los cargadores, el neceser, la cartera, el tarjetero y un sinfín de accesorios y elementos más. Por eso, los polar fleece, con su capacidad de almacenamiento en forma de multibolsillos, es la opción ideal para un look casual, fashion y, a la vez, operativo. 

Otra de las bondades del fleece es su carácter tanto universal como neutro. Da igual tu género o cómo te sientas o te identifiques, el fleece puede ser para ti. Tampoco importa de dónde seas. El fleece pega igual ya seas uno de los SoHo kids, como un cluber de Berlín o un city boy fotografiado para Popeye Magazine. El polar fleece, en definitiva, no discrimina. 

¿Significa esto que es la prenda definitiva? Por supuesto que no. Además de lo cíclico de las tendencias (todo viene y todo se va), este tipo de materiales están actualmente a debate por su impacto medioambiental. Desde las microfibras que acaban en los océanos como parte de los lavados, hasta la dificultad para reciclarlos o la contaminación generada durante su producción, los polar fleece nos exigen también un consumo responsable. Precisamente este debate ha venido también motivado por parte de la propia Patagonia

Con todo esto sobre la mesa, tú decides: ¿tienes ya tu fleece?

 

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