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¿Qué equipos de fútbol encajan más con C. Tangana, Bad Gyal y Yung Beef?

Publicado por el 24/04/2021 en ArtículosMúsica

Seguro que algún escritor ya lo ha dicho o seguro que algún cantante ya lo ha escrito en alguna de sus letras. Hay lugares a los que conviene volver de vez en cuando, hay lugares que son exactamente el punto cardinal 0,0. Allí donde la intersección X y la Y se cruzan y podemos resituar el mapa. Es conveniente volver a esos lugares porque si uno lo hace se dará cuenta de varias cosas. Primero en dónde se encuentra uno mismo y después en dónde se encuentran los demás. Hay un lugar, o mejor dicho, hay un vídeo de Youtube al que yo vuelvo con frecuencia. Se trata de la rueda de prensa de inicio del Primavera Sound de 2018 (al final del post). En aquella ocasión el festival barcelonés decidió hacer algo diferente e invitar a Yung Beef, C. Tangana y Bad Gyal a hablar con Alicia Álvarez Vaquero sobre la escena de la ‘música urbana’. El resultado fue un diálogo platónico propio de La República que posicionó a cada artista en un punto cardinal diferente. La última vez que revisité el vídeo me di cuenta de una cosa. Hay un símil futbolístico en todo esto.

Hace unas semanas, C. Tangana se ofrecía públicamente a componer un himno para el Real Cub Celta de Vigo y surgía el debate en el sur de Galicia sobre si sería conveniente. A ver, no seré yo quién se meta en los asuntos del vecino y menos de un vecino con el que, no hace mucho, has tenido unos pequeños roces porque te ha caído la camiseta del tendal varios pisos abajo, pero digo yo que si Pucho quería hacer el himno del Celta debería haberlo pensado antes y llamarle a su disco ‘El Vigués’. Lo que pasa es que el propio Antón sabe que no puede ir arrebatándole títulos por ahí a la gente y vigués, vigués no hay más que uno, Abel Caballero. Esto me sirve para establecer una premisa fundamental sobre lo que voy a decir a continuación: olvidémonos del origen o la preferencia de cada artista en el tema futbolístico, lo que voy a exponer aquí abajo es un símil sobre a qué equipo correspondería la filosofía expuesta por cada uno en dicha charla.

El debate aquella tarde giró en torno a muchas cosas pero, sobre todo, lo hizo alrededor de un tema fundamental. La industria musical en relación underground vs. mainstream o lo que es lo mismo, el circuito contracultural o el circuito de las grandes compañías y la cultura de masas. Bien, aquí es dónde encontramos el principal antagonismo entre C. Tangana y Yung Beef. El primero se postula en una dirección pro-mainstream evidente con frases como “yo soy una marca y me posiciono en el mercado” o “yo puedo venderos y haceros creer que soy underground si el underground es Nirvana” (es decir, un superventas). Es evidente que C. Tangana se posiciona a favor de la victoria sin importar el medio, es decir, lo importante es ser el número uno, si para ello hay que ser underground o ser otra cosa es algo que dictaminará, simplemente, el mercado. Pucho en este debate es el Real Madrid, un club en el que la victoria es lo más importante, un club en el que no ganar todo es sinónimo de crisis. El sistema de juego, la filosofía de club, si los jugadores son o no son de la casa es un simple medio que sirve para llegar al objetivo principal, levantar la Champions League.

La antítesis a este modelo la plantea Yung Beef, que anima a un enfrentamiento directo con el mainstream y con lo que considera la parte más tóxica de la industria musical, las majors o grandes discográficas. Esto se demuestra con frases como “yo soy el underground y no por demostrar nada, sino porque el mainstream lo único que me ha traído son estrés, delirios de grandeza, etc.” o “no hay que tener miedo a las multinacionales, yo tengo un sello, yo no quiero una industria de hijos de puta con traje, yo quiero crear una industria que dependa de nosotros, de gente que ama la música”. Para Fernando el medio forma parte del mensaje y constituye una parte principal del mismo, sin duda es El Independiente de Vallecas o cualquier otro club de fútbol popular que plantea una vuelta a los orígenes, un fútbol que vuelva a ser de los aficionados y de los jugadores y no de las grandes superestructuras del fútbol.

El momento álgido de la discusión llega con el careo entre Pucho y Fernando cuando el primero le dice al segundo, “está muy bien eso que planteas, pero para ganar hay que ir a la guerra con las mejores armas, no con palos y piedras, no digas entonces que quieres ganar” a lo que Yung Beef responde que esa dicha industria es una mentira, que el dinero se los reparten siempre los mismos cuatro y que sabe que vive en un sistema capitalista pero que esa forma de actuar es la forma que tiene de protegerse de ellos. Aquí se reafirman las posiciones, para el Real Madrid no importa lo que haya que pagar, lo importante es tener, en palabras de su presidente “a los mejores”. El ser un equipo competitivo marca todo el planteamiento económico, administrativo y deportivo. Por otra parte, las palabras de Fernando bien podrían ser un alegato contra la corrupción de las grandes instituciones del fútbol mundial como la UEFA o la FIFA.

¿Quién plantea la síntesis a estos dos planteamientos? Bad Gyal, que en nuestro símil será el Athletic de Bilbao, ya que no renuncia a la victoria y acepta ciertas premisas del mercado, pero quiere mantener su origen, su esencia y sus principios. Además, tiene una facilidad pasmosa para colocar hits en las listas de ventas con un imponente respaldo popular, así como el Athletic ha desarrollado la destreza de meterse en más finales de Copa casi de las que puede jugar. La catalana confiesa tener miedo a perder la oportunidad de meterse en las listas de ventas al mismo tiempo que quiere hacer música no para ganar dinero, sino hacerla con el alma y siendo fiel a las razones que la llevaron a empezar a componer canciones. Además, se queja de que existe mucha confusión en España con su género, el Dancehall, sobre lo que comenta “vas a una fiesta Dancehall y no suena ni un solo tema de Jamaica”. Cierta confusión produce también la filosofía del Athletic entre los menos familiarizados con ella, sin saber muy bien en qué lugar poner los límites para saber si un jugador es digno de Lezama o por qué los de La Rioja tienen las puertas abiertas de San Mamés.

Lo cierto es que pasados los años las trayectorias de los tres van aclarando sus posiciones y descubrimos a un C. Tangana que acaba de editar ‘El Madrileño’, un disco que me recuerda particularmente a la liga del Madrid ganada tras el confinamiento. Con un toque de sorpresa y confusión, ya que en el disco de C. Tangana, que se reivindica como un reformulador de la identidad capitalina, no encontramos un chotis, pero sí una copla o un paso de Semana Santa, igual que en el Real Madrid el mayor símbolo del club no es un chico de Moratalaz sino uno de Camas, Sevilla, con el número 4 a la espalda. Muchos símiles se podrían hacer entre este disco y el equipo blanco, como un ‘Comerte entera’ que me recuerda a Vinicius corriéndose la banda para no atinar un remate entre los tres palos. Es evidente que el disco es como el juego madridista, en su conjunto de gran calidad. Pretender desligar el éxito comercial o deportivo de la dimensión cualitativa de la música o del juego es una tontería tan grande como el nuevo Santiago Bernabéu.

Sea como fuere, uno tiene que tener siempre claros sus referentes, por eso yo soy del Dépor, que en esta historia aparecería representado por la Orquesta Los Satélites, pioneros de la introducción en Galicia de los ritmos latinos como la salsa o la cumbia, así como nosotros introdujimos a Mauro Silva, a Scaloni o a Bebeto y nos encontramos ambos en nuestras horas más bajas. La verbena esperando que el Covid vuelva a poblar Galicia de canciones como ‘Así se enamoraron papá y mamá’ y el Deportivo cantando en el Municipal de Barreiro a ritmo de ranchera ‘Pero sigo siendo el Reeeeeeeey’!

 

Brais Pedreira
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