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Rosalía inunda ‘Bagdad’

Publicado por el 05/12/2018 en Música

Si alguien puede decir que 2018 ha sido su año, esa es Rosalía. La artista catalana ha recibido los elogios de compañeros de profesión y fans a un lado y otro del planeta, coincidiendo todos en la genialidad de su álbum «El mal querer«, y en los interesantes detalles que nos deja cada pieza audiovisual suya.

Tras alzarse con dos Grammy Latinos y conquistar la industria con su talento y exquisito gusto musical y estético, la Rosalía cierra 2018 con otro regalo para la vista, y el oído, por supuesto.

«Bagdad» es el capítulo séptimo de su Mal Querer, y se corresponde con la liturgia, representada por las voces líricas del Coro Infantil del Orfeón Catalán.

En el vídeo, vemos a una Rosalía con peluca rubia y enfundada en un mono de látex rojo, en un evidente guiño a Britney Spears en su célebre «Oops… I did it again«, mientras suenan los acordes del «Cry me a river» del ex de exes de la cantante americana, Justin Timberlake, cedido para la ocasión por el artista de Tennessee.

Rosalía llora desconsolada, al punto de inundar el baño, lanzando otro paralelismo con la importancia del líquido elemento en el vídeo de JT, que enfatiza la tragedia del desamor, y enlazando con la temática de éste: Su dramática ruptura con Britney tras una infidelidad de ésta. Posiblemente haya un dardo a su ex C. Tangana, co-autor de «Bagdad», y con el que parece que rompió por el mismo motivo. El lanzamiento del vídeo iba acompañado de un contundente «Para todos a los que le rompieron el corazón y se ahogaron en su pena». Suena a basado en hechos reales.

La maestría en la fusión de dos historias aparentemente parejas (Justin & Britney y Rosalía & Antón) con los detalles musicales y estéticos de la pieza audiovisual, es simplemente sublime.

La angustia de ahogarse en sus propias lágrimas se torna en alivio, al aparecer una Rosalía inmaculada, nadando en el medio que antes la mataba, trazando una metáfora de la superación del trauma causado por la ruptura y el abandono. Esta imagen de ella flotando, con una luz cálida de fondo, evoca a la escena de «La forma del agua» en la que la criatura y la protagonista, se funden en uno por primera vez, precisamente inundando el baño de la casa de ésta.

La cantaora le da la vuelta a la tortilla y hace suyos unos símbolos demasiado icónicos como para ser ignorados, logrando una producción excepcional.

El trabajo de fotografía es una delicia una vez más, y cómo consiguen la cuadratura del círculo a todos los niveles, sólo merece la más sincera enhorabuena para el equipo de Helmi y Division.

Rosalía cierra este año con otra joya más, con otra maravilla visual, con otra declaración de intenciones, en un año, que pocas, sino ninguna, se han quedado sin culminar.

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