Durante una llamada entre Vogue y Luke Meier para ‘VOGUE RUNWAY’, el diseñador comentaba que hacía mucho tiempo desde que no veía a su familia. Desde febrero del año pasado. Meier, es originario de Canadá pero viven en Milán por motivos de trabajo – forma parte de la dirección creativa para Jil Sander– y a causa de la Covid-19, la frecuencia con la que puede viajar (al igual que todo el mundo) ha disminuido. La sensibilidad con la que Luke ve ahora mismo la moda y todo lo que le rodea, se ha visto afectada por una situación global, de ahí las prendas tan abrigadas y con cuellos altos que apenas dejan ver la piel.
Por otro lado están las botas, un detalle que analizando el contexto de la colección, me ha recordado a las típicas botas que llevan ahora esas personas que vemos por la tele entrando a establecimientos para desinfectar vestidos de buzos, o incluso sanitarios. Esta colección es igual que el resto, aunque diferente. Jil Sander tiene un estilo muy definido, el minimalismo, y eso es indudable. Ahora, para su colección Fall 21, siguiendo una misma linea sobria, la marca está gritando ¡protégete! de la forma más estética que existe.