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SUNNEI: un espacio multidisciplinar que trasciende la moda

Publicado por el 10/12/2020 en Moda

Ni Loris Messina ni Simon Rizzo estudiaron moda, todo lo que saben ha sido autoaprendizaje y  referencias estéticas y artísticas infinitas. Supongo que algo tendrá que ver el hecho de que  vivamos en un mundo globalizado que permite a casi todos, a través de un clic, acceder a  información (ya no tan) privilegiada. Ellos son los fundadores de la firma SUNNEI, que nace en  Milán como marca esencialmente ligada al público masculino. Aunque la evolución social y la de  la industria en sí misma, les ha llevado a un paraíso genderless en el que ya no les interesa hacer  diferenciación en esos términos. Hacen prendas dirigidas a personas sin la pretensión de acceder  a un público en detrimento del otro. Hasta aquí, nada que no forme parte de un discurso actual y  necesario.

Aunque Loris estudió Marketing y Simone Administración de Empresas, ambos contaban con  cierto background en moda: el primero trabajó como Visual Merchandiser para Gucci y el  segundo, como buyer en una boutique de Milán. Su experiencia en el campo de la fotografía les  ha llevado también a conseguir una perfecta definición del imaginario de su marca. En definitiva,  su desembarco de lleno en el mundo de la moda en 2016 fue algo natural y consecuente a sus  vivencias anteriores.

La esencia de la marca está fuertemente influenciada por lo contemporáneo y pretende crear una  sinergia entre la gente y las situaciones, consolidando una fuerte presencia estética en la  industria. A SUNNEI se le puede definir también como un espacio multidisciplinar, en el que la  moda se encuentra con la arquitectura, la música, el arte. Y es que ya se sabe que en el arte unas  disciplinas beben constantemente de las otras. Detrás de una simple prenda, se esconden  multitud de referencias e influencias observables muchas veces solo por los más suspicaces.

Ambos creativos aportan cosas diferentes a la marca, y repito esto por estar tan presente siempre  en el discurso artístico: se trata encontrar la sinergia perfecta. Mientras Loris da ese toque  francés, de líneas limpias y estética pulcra, Simone ofrece una versión más colorista de las cosas.  La balanza entre ambos creativos es perfecta.

Intentan -juzgad vosotros mismos si con éxito- no dejarse influenciar por las tendencias  mayoritarias. Así, el proceso creativo empieza con una cuidadosa selección de textiles que lleva  posteriormente al diseño.

En consecuencia a su pretensión de aunar en la ropa multitud de disciplinas artísticas, la persona  que viste SUNNEI tiene interés por la moda, el arte y la música. Y no sólo interés, sino que  también entendimiento. Aprecia el arte de crear las prendas. La edad es simplemente un número,  ellos no le prestan atención. Supongo que llegados a este punto, la ropa no entiende de género,  ni de edad, sino de individuos.

En SUNNEI se habla del streetwear como influencia última: es justo ahí, en la calle, donde se han  liberado los estereotipos y se han transformado muchas de las reglas -escritas o no- de la  estética masculina.

La primera incursión del dúo creativo en el womanswear fue para el show de primavera-verano  2019. Es desde ese momento que sus colecciones se presentan con la fórmula “coed”. La  indumentaria “femenina”, desde un principio, se presentó con la intención de mantener la misma  actitud artística, irónica y alegre, que había venido siendo característica hasta la fecha. Y llegados  a este punto, no conciben la creación de una colección sin aunar ambos géneros (o ninguno,  como prefiráis).

La expansión de la marca va más allá de lo comercial. SUNNEI quiere seguir construyéndose  como una marca de estilo de vida. Además, la multidisciplina aparece recurrentemente en su  discurso. Según ha declarado el propio Rizzi, aunque ahora hagan moda, no quiere decir que en  un futuro no lancen una línea de muebles o un álbum de música. Marcarse límites no va con ellos.

Últimamente han estado pasando muchas cosas en SUNNEI. Por un lado, la plataforma Vanguard  Group ha hecho una importante inversión para darle a la marca los medios necesarios para  expandirse de forma sostenible desde el punto de vista comercial. Un punto fundamental para  ellos es que toda esta expansión no entumezca el proceso creativo, es más, pretenden reforzarlo pudiéndole dedicar aún más tiempo.

¿Y qué más? Pues también su espacio de creación y actuación ha cambiado. Sus nuevas  oficinas centrales -Palazzina Sunnei- fueron reestructuradas durante el confinamiento,  transformando un estudio de grabación en un hub creativo para toda su comunidad artística, que  no alberga solo a creativos de la moda. Y es que su pretensión no es ser marca de moda, es ser  lenguaje.

Se ha venido recordando a lo largo de esta pieza el carácter multidisciplinar de SUNNEI, cosa  que también se hace patente en sus continuas colaboraciones con artistas. Por ejemplo con Beatriz Cortesao, que realizó una performance privada visual y auditiva en la que interpretó al  arpa varios temas que conectaban auténtica e íntimamente al público con el artista.

 También Ronni Campana participó en la reinterpretación de los zapatos de la colección SS20 a  través de una serie fotográfica. Este es uno de los varios proyectos transmedia desarrollado por  el grupo de artistas con los que la firma tiene relación. En definitiva, su red de creativos.

Presentaron su última colección de primavera-verano en Milán Fashion Week. Pero lo más  sonado fue la primera parte de la campaña SS21, que presentaron a través de redes sociales.  SUNNEI Canvas fue el título que dio nombre a su universo digital paralelo. Una selección de las  piezas emblema de la firma en blanco, concebidas para ser customizadas en tiendas  seleccionadas alrededor del mundo. Una plataforma online accesible vía password es la puerta  de entrada a ese mundo virtual creado con realidad 3D y que permite a los visitantes customizar  las prendas a su conveniencia. Así, los canvas en blanco pasan a ser mundos de color  personalizados. Revolucionario por la idea y por la forma.

Son infinitos los proyectos desarrollados con la firma en la que se involucran otras vertientes  artísticas y en las que se usa la tecnología para dar rienda suelta a la creatividad. Lo de SUNNEI  es ejemplo de que si vendemos un discurso, hay que ponerlo en práctica. ¡A tomar ejemplo!

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