Top 10 del 2019 para el fotógrafo Víctor Bensusi:
1. Surfear la ola más larga del mundo.
Está en Chicama, una pequeña aldea de Perú con casitas pequeñas y calles de arena rodeada de desierto. Un día bueno puedes recorrer 2km sobre ella. Yo la surfeé un lunes por la mañana, solo en el agua. De pequeño veía vídeos y fotos en revistas y siempre había soñado con surfearla. Sin duda, uno de los momentos más especiales de mi vida.
2. Dirigir mi primer spot.
Fue una pieza para Lʼoréal que hice gracias a Igloo Films, que están apostando por mí desde principios de este año. Les estaré siempre agradecido por todo lo que están ayudándome. Gracias familia.
3. Amanecer en el desierto.
Fui con mi chica y unos amigos a Marruecos a mediados de año. Pillamos un coche y llegamos hasta el Sahara para dormir una noche en el desierto y ver el amanecer entre la nada más inmensa. Sin palabras.
4. Bañarme en el río Amazonas.
Una barca. El río Amazonas. Atardecer mágico. Delfines rosados saltando. Alguien que dice “no hay huevos de tirarse”. Y ya. El agua es tan densa que parece que te bañas en chocolate. El baño duró 30 segundos, el tiempo para que algo rozase mi pierna y subir a la barca con la cara blanca del susto.
5. Ser parte del proyecto Neighbo(u)r de Taku.
Pues un día me escribió un tal @takubeats un privado para decirme que si quería formar parte de un proyecto fotográfico en el que daba 1 carrete a cada fotógrafo del mundo que él creía que lo merecía. Yo no tenía ni puta idea de quién era ese señor, hasta que lo googleé y flipé. Me dio uno a mí y ha expuesto lo que sacamos de esos carretes en Sidney, Melbourne y Japón. Un jefe.
6. Mi tabla mágica.
Es una maravilla descubrir que no eres tan malo surfeando, sino que no habías dado con tu tabla mágica.
7. Hablar de motos con García-Alix.
Fue durante VeintinueveTrece, un encuentro sobre artes visuales en Lanzarote al que fui con unos amigos. Entre otros ponentes de lujo, estaba Alberto García-Alix. Al final de la ponencia, ya con una cerveza en la mano, me puse a hablar de motos con él, porque yo también las amo. Todo iba bien hasta que me dijo que era más de Márquez que de Rossi. Lo siento Alberto, pero por ahí no paso. Il Dottore siempre.
8. Ver trabajos míos por la ciudad.
Llevo un par de años en Madrid y ya he podido ver fotos mías en marquesinas de autobuses, en centros comerciales o en la pantalla de Callao. Eternamente agradecido a esta ciudad y a la gente que me ha ayudado desde el día 1 que llegué sin conocer a nadie.
9. El zumo de maracuyá.
Mi nuevo básico del día a día. Siempre natural, nunca de bote.
10. Apuntarme al carnet de moto.
El año que viene quiero recorrerme el Himalaya con un amigo en moto. El primer paso era apuntarme al carnet. Ya está dado. El año que viene os cuento que tal por allí.