La gran mayoría de las personas conocen los efectos nocivos de la moda rápida pero verdaderamente son muy pocos los que se remangan para intentar poner fin al problema. Directamente desde el gobierno francés llega la noticia de la aprobación de un proyecto de ley que tiene como objetivo detener el crecimiento del fast fashion.
Se trata de una medida pionera, siendo Francia el primer país que legisla con el fin de frenar los excesos cometidos por marcas como Shein o Temu. Precisamente por señalarlas directamente, un sector de la sociedad incide en que, más que un cambio real en la producción y distribución de la moda, se trata de una iniciativa proteccionista.
Entre las medidas que propone Francia está la aplicación de tasas para los artículos de bajo coste, 5 euros a partir de 2025 y 10 euros desde 2030, así como la prohibición de la publicidad y el informe a los consumidores del impacto medioambiental que tienen esos productos.