El artista iraní Mehdi Ghadyanlo empezó a elaborar sus obras en la ciudad de Teherán, con más de 100 murales, junto a una infancia marcada por el conflicto contra Irak, que ya forma parte de su propio estilo. Miembro de un comité para embellecer con murales la propia ciudad de Teherán, su principal labor reside en proclamar el arte callejero en la ciudad gris y contaminada. Su estilo colorido e hiperrealista casa a la perfección con sus paisajes oníricos llenos de ilusiones ópticas, con claras referencias al arte persa y la arquitectura iraní.
Además, compagina su carrera artística con la docencia universitaria y el traslado a otros países para pintar murales. Así como su reciente exposición en la galería londinense Howard Griffin, que supuso un paso importante dentro de su consagración como artista callejero.
