Hace ya unos cuantos meses que Sara Socas (1997, Tenerife) abandonó definitivamente el foco y la presión que sentía dentro del mundo del freestyle para dedicarse por completo a su carrera musical. El pasado noviembre lazó su trabajo debut, TFN-MAD, un álbum que recoge irremediablemente su pasión por el rap pero en el que también se pueden encontrar inspiraciones que van desde el R&B a otras referencias más latinas.

Hablamos con ella para conocer más sobre cómo ha vivido este cambio, sobre su gira, cómo es su proceso creativo, su relación con Reebok y muchas otras cosas.

Después de estos meses de conciertos, interpretando por fin el disco delante del público, ¿qué balance haces de la decisión de dejar el freestyle y dedicarte a la música por completo?

No puedo ser más feliz, lo digo de verdad. Me está enseñando muchas cosas. Además de aprender sobre música cada día, soy más paciente, confío en el proceso, veo que es una carrera de fondo… con ganas y sin prisa. Haber formado una banda, ver que cada vez sonamos mejor, jugamos con el show para transformarlo en una experiencia… es una forma distinta de vivir las letras y el rap, y me da igual si he hecho shows de 100 personas o de 10.000. Lo importante es estar rodeada de gente talentosa y buena, que crea en el proyecto. De hecho, lo hacen tanto que me han ayudado a mí a creer en mí misma.

¿Has notado un cambio entre el público del freestyle y el que tienes ahora?

Por supuesto. Ahora tengo menos «engagement», pero los que están ahí lo están de verdad. Al final, es mucho más cómodo un público que se interesa por ti y por tu música que otro más amplio pero que está a la espera de crucificarte a ti o al siguiente que falle en algo. Es otro tipo de presión, pero mucho más agradable.

¿Has aprendido algo sobre ti misma en el proceso de concebir el disco?

He aprendido que, cuando de verdad me propongo algo, trabajo en equipo, sé cuándo decir que no y cuándo decir que sí… las cosas fluyen mucho mejor. Sigo aprendiendo las fórmulas que más me sirven para inspirarme, componer y encontrar mi sonido. Lo que más me sirve, por ahora, es ir al estudio con productores y empezar de cero con una idea mutua. Con el disco me di mucha libertad, porque no acababa de definir un género musical en concreto, una temática específica. Me dejé fluir por lo que me apetecía y creo que ahí estuvo la clave. Es mi carta de presentación para el mundo y para mí.

En alguna ocasión has comentado que era habitual para ti sentirte con el síndrome del impostor. En este sentido, ¿ha sido importante para ti recibir el apoyo de algunos nombres clave del rap en español al dar este paso? Me refiero tanto a lxs artistas que colaboran en el TFN-MAD como, por ejemplo, a la posibilidad de girar con Kase O.

Por supuesto. Al final, recibir reconocimiento y apoyo por figuras que respetas y admiras supone un chute de motivación. Sientes que tú puedes echarte a ti misma abajo, pero si ellos creen en ti, por algo será, ¿no? Como que puedes faltarte el respeto a ti misma, pero no a su criterio y visión.

¿Hay presión en ser mujer, rapera y además estar ideológicamente implicada y hacer uso de tu altavoz, o vives la situación con naturalidad?

Hay muchos que ejercen presión, así que sí. Está ahí, es innegable. Otra cosa es que ciertas opiniones me las tome como algo personal o verídico al 100%. Ni el que me manda mensajes de amor todos los días ni el que siente una rabia por dentro que se muere tienen razón. Supongo que todos queremos ser aceptados y queridos, pero estar expuesta y encima buscarle las cosquillas al sistema quizá no es la mejor manera de protegerse [risas].

Antes me odiaba y me frustraba cada día, de verdad. Ahora lo vivo con naturalidad, orgullosa de lo que defiendo y sabiendo que es inevitable que, al posicionarte ideológicamente, los del «bando contrario» salten.

¿Qué significa para ti contar con el apoyo de una marca como Reebok, tan relacionada con el hip-hop?

Nunca te imaginas que una marca así vaya a pensar en ti, regalarte ropa… A mí nunca me ha faltado de nada, siempre he vivido bien en lo que a sustento y techo se refiere, pero mis padres se negaban a comprarnos cualquier ropa con logo a no ser que estuviera en oferta. Así que aunque sea una tontería, una anécdota, el poder vestir como quiero y como me identifico a día de hoy es algo que me recuerda el tremendo privilegio con el que vivo. Con la moda urbana y más con una marca tan mítica como esta pasa como con el hip-hop: te sientes parte de algo más grande e importante que tú, como una insignia de «eh, esta movida me representa». Mi círculo va vestido de Reebok también, porque los regalos son mejores compartidos. Así que si ven a un grupo variopinto con chándals retro, somos nosotras.

¿Algún artista que hayas recomendado mucho últimamente?

La Sra. Tomasa.

¿Alguna recomendación fuera de la música?

«Violeta», de Isabel Allende.

¿Algún hobby secreto?

Los sudokus, la Xbox, dar paseos largos como las señoras. Nada remarcable, la verdad.

¿Qué es lo siguiente?

Seguimos de gira y sin parar. Digo «seguimos» por la banda de talentosísimas músicas que me acompañan y a las que amo. Pero, sobre todo, nueva etapa artística y musical. Fresca, pasional, divertida, rítmica y rara, como una servidora.