“Extrañas, pero hermosas”. Así define Jun Takahashi las creaciones de Undercover. La firma, que data su inicio oficial en 1993, tiene el estatus de marca de culto y forma un pilar de vital importancia en la historia y auge de la moda japonesa.

Takahashi siempre sintió ese impulso artístico de desarrollarse creativamente en el ámbito de la moda. En 1989 se plantó la semilla de Undercover, comenzando a dar vueltas en la cabeza del diseñador japonés mientras estudiaba en la Academia de Moda Bunka. Si bien en los cuatro años siguientes el proyecto fue tomando forma y ganando adeptos, los libros de historia no contabilizan el nacimiento oficial de Undercover hasta que no abre con Nigo, fundador de A Bathing Ape, la tienda Nowhere en el distrito de Harajuku.

Nowhere significó, nada más y nada menos, la llegada del streetwear a Japón. La curaduría de ambos en la selección de las marcas que se vendían, el cada vez más interés por sus propias marcas e incluso la sinergia de ellas en la colección progresiva LAST ORGY 2 la convirtió en un centro cultural en la década de los noventa. Nigo, en una entrevista para Dazed Digital, hablaba sobre la idea inicial del proyecto y, para sorpresa de muchos, pone encima de la mesa aspectos como la experimentación y la improvisación: “No creo que hubiera una idea. Simplemente estábamos haciendo lo que teníamos ganas de hacer. No creo que tuviéramos que pensar mucho en ello”.

Por aquel entonces, se conocía como ‘Ura-Hara’ el fenómeno cultural que tenía lugar. Aunque no siempre es fácil traducir este tipo de expresiones, hacía referencia al gran compañerismo existente entre un grupo de creativos realmente talentosos, relacionados con ámbitos como la moda, la música y otras corrientes artísticas. El movimiento fue tan potente que basta con mencionar marcas como Neighborhood, WTAPS, Mastermind JAPAN y White Mountaineering, establecidas durante este periodo de tiempo, para hacerse una idea de la magnitud del mismo.

El reconocimiento de Undercover a nivel global, tras encontrar su público en territorio japonés, llega en 2002 con la presentación debut de la colección Spring/Summer 03 «SCAB» en la Semana de la Moda de París. Esta internacionalización tuvo lugar gracias al apoyo y red de contactos que Rei Kawakubo, fundadora de Comme des Garçons, prestó a Jun. A raíz de la compra de una bomber MA-1 nació la amistad entre los diseñadores, siendo desde ese momento Kawakubo una de las principales defensoras de Undercover. Cuesta imaginar una mejor madrina.

Diseñadores como Malcolm McLaren y Vivienne Westwood encarnaban el espíritu de la rebelión en la moda. Takahashi los tenía como referentes, por lo que resulta imposible no relacionar su estética con un movimiento subersivo y disruptivo como el punk. Lo que hace a Undercover único es el poder tomar esto como un elemento más en un cóctel en el que añade además una estética barroca, gótica, colores vivos, elementos andrajosos y cultura pop estadounidense.

Esta vinculación con la música era parte de la vida de Jun, ya que durante su juventud montó una banda llamada ‘Tokyo Sex Pistols’ en un claro homenaje a ’Sex Pistols’. Dos datos curiosos de esta etapa: Nigo tocaba la batería cuando se ausentaba el baterista principal y Takahashi recibió el apodo de Jonio en honor a Johnny Rotten.

Volviendo a Nowhere y al hilo de esto, la idea inicial de la tienda fue acercar al público dos formas muy diferenciadas de entender la moda. En términos de música, Undercover sería el punk y A Bathing Ape el hip hop. Esta relación con la música es algo que Takahashi siempre ha plasmado en sus colecciones, haciendo referencias directas a grupos y artistas como Patti Smith, Joy Division, David Bowie o Television, entre otros.

Jun Takahashi entiende de forma implícita una dualidad en sus creaciones. La cultura punk se funde con la alta costura, provocando un choque que se simboliza a través del concepto ‘Caos vs Equilibrio’. Si eres asiduo de Takahashi, sabrás que esto es algo que siempre plasma en sus diseños de forma total o parcial.

Para Jun resulta imprescindible destruir para crear, y con destruir se refiere a todo aquello que puedas imaginar. Un ejemplo claro fue su presentación debut en París en 2002. La situación geopolítica ese año estaba monopolizada por el atentado a las Torres Gemelas, una cuestión hacia la que el diseñador japonés no se podía mantener en silencio. Entre cinturones con las clásicas tachuelas, pantalones cargo y agujeros en vestidos hicieron acto de presencia modelos con burkas de colores. Los mensajes políticos y de denuncia siempre han definido el trabajo de Jun, no dejando en ningún momento que las posibles consecuencias pudieran opacar el mensaje ni el proceso creativo. Por algo Kawakubo decía de Takahashi que era “el único con coraje”.

Es posible que se piense que Undercover utilizó este escaparate internacional para modificar su discurso e intentar llamar la atención, pero lo cierto es que va implícito en su ADN. Tres años antes llamó a la colección SS 2000 ‘GFY’ (Generation Fuck You) como denuncia a la degradación económica en Japón. Recuperando esto del archivo de la marca, Supreme quiso volver a situar este lema como protagonista de su colaboración en 2016. Varios cursos más tarde, Jun seguía con esta crítica sistemática en la colección ‘Brainwashed Generation’ (2017), atacando directamente a los efectos nocivos de las redes sociales.

Jun Takahashi ha sabido jugar con maestría los papeles de héroe y villano. Partiendo del punk, un estilo de vida rebelde y con sentimientos anticapitalistas y anarquistas, se mueve como pez en el agua entre dos mundos en los que, aparentemente, no podrían convivir. ¿Cómo encontrar el punto medio sin descarrilar por completo? ¿Cómo representar la rabia, la pasión y el deseo de cambio sin exhibirlo como un trofeo? Es tan complejo que solo unos pocos lo han conseguido.

Fernando Fraile

 

17/05/24