Balenciaga Winter 22: el show más complicado de Demna consolida su idea de moda

 

2022. Hace dos años el mundo se enfrentó a una pandemia que aún sigue cobrándose vidas, y ni un mes atrás Rusia atacaba territorio ucraniano dando comienzo a una nueva guerra en pleno siglo XXI. 

El mundo del arte, en el que se incluye la moda, siempre tiene la realidad como su fuente más directa de influencia. Las necesidades cambian conforme se modifica el relato, por lo que los diseñadores y directores creativos siempre tienen que estar tomando el pulso de la calle e introducir estos códigos a su día a día.

 

 

Para Demna Gvasalia no ha sido fácil encarar el último desfile de Balenciaga. Su incapacidad para concentrarse provenía directamente del miedo que le produjo revivir una etapa pasada de su vida. Y es que Gvasalia, hace tres décadas, tuvo que huir de Georgia cuando Rusia la invadió en 1993. “Nunca lo superé (…) Fue difícil digerir que nada ha cambiado, excepto que hay más medios alrededor y esto está más cerca de Europa”, comentó a Tim Blanks para Business of Fashion.

 

“Me di cuenta de que cancelar este desfile significaría ceder, rendirme al mal que ya me ha lastimado tanto durante casi 30 años”

 

Por un momento se le pasó por la cabeza cancelar el desfile de Balenciaga programado en la París Fashion Week, pero finalmente siguió adelante. Demna convirtió 360º, título del show, en una oda a la libertad y en una interesante reflexión sobre el mundo digital.

 

 

A principios de este año hizo un viaje a los Alpes y se sorprendió al no ver nieve real. La única que había era la que producían de forma artificial varias máquinas. Ver esto activó un resorte en su cabeza por el que comenzó a pensar que posiblemente estemos más cerca que nunca de percibir la nieve únicamente como un recuerdo. “Me encanta la tecnología y el metaverso, pero no hay nada más bonito que la vida real, aunque sea nieve artificial. Y no puedes hacerlo en un teléfono. Por eso la invitación era un teléfono roto”, explica Demna.

 

 

Los looks se mostraban en un set cerrado lleno de ventisca y nieve (probablemente el más complicado al que se han tenido que enfrentar los modelos), con especial atención a las siluetas sin cierres. Esta evolución respecto a otras colecciones tiene su punto de inicio en una de las muchas charlas que tuvo con Ye meses atrás.

 

 

En su objetivo de empujar los límites del diseño más allá, Gvasalia y West buscan adelantarse a lo que vendrá haciendo que la ropa ocupe cada vez menos espacio. “¿Por qué tenemos un elemento medieval e histórico de la ropa como los botones? Necesitas hacer ojales y cada ojal cuesta dinero, por lo que encarece la prenda”, dice. El resultado son prendas tipo pullover con una estética minimal en prendas muy reconocibles.

 

 

Cuestionar la ortodoxia por encima de todo

La nueva apuesta de Balenciaga para la temporada FW22 representa la elevación de lo mundano a un nuevo contexto. Nadie más que Demna podría hacer que el bolso de la temporada tuviera el aspecto de bolsa de basura, que además conectara tan bien con la problemática actual pese a diseñar la colección mucho antes de que la guerra estallara, y que un rollo de cinta adhesiva fuese el principal elemento del look con el que Kim Kardashian se sentó en el front row.

 

 

Esta misma cinta, además de en estos total looks, se dejaba ver sobre abrigos de piel realmente lujosos, algo que no puede representar más el trabajo tan característico de Demna. Con este movimiento no quiere causar polémica o acaparar titulares. Tan solo recurre a un recuerdo de su infancia, cuando de pequeño jugaba a disfrazarse envolviéndose en cortinas. “Mi idea de la moda nació de algo barato que se usa de una manera nueva”.

 

 

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En el colofón final del show se cambió la música de Dvořák por el techno de BFRND mientras Eliza Douglas encaraba la pasarela con mucha seguridad. La larga cola de su vestido azul acaparaba toda la atención mientras un juego de luces intermitentes iluminaban una oscuridad casi absoluta.