Kike Marina

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Top 10 de 2020 para Kike Marina:

Pocas veces eso que llaman un momento vital ha encajado con una situación general de un modo tan exacto. Durante los últimos años he descubierto que me encontraba más a gusto en casa que en una fiesta, que el contacto con la naturaleza me hacía bien, que no me apetecía comprar demasiado, que ciertos estilos de vida, ajetreados y sin control, solo sirven para los que tienen que justificar un ritmo acelerado.

Y de repente en marzo me encontré a todo el mundo en la misma situación. Como el que descubre a un grupo un mes antes de que se convierta en un superventas. La diferencia es que a mí no me importa que lo escuche todo el mundo.

 

1. Salud

Mi peor año de salud en varias décadas. Incluso he tenido una carpeta para los informes médicos. Para alguien que se pasa el día utilizando las manos para buscar información o para volcarla en algún lugar, no poder escribir podría ser una tragedia, pero… no os voy a engañar, lo es.

 

2. Escribir

Para mantener una mínima rutina de escritura he probado con pequeños textos en el teléfono o con apps de transcripción, que habitualmente lo pasan fatal con mi acento. Además, sin saber nada de mis problemas físicos, uno de mis mejores amigos me planteó enviarnos cartas a la antigua usanza, a mano.

Así que este año he escrito con los pulgares, he recitado a una app y he escrito a mano. Y he descubierto algo que ya sospechaba, cada estilo implica un ritmo y un tono distinto. Incluso utilizo palabras diferentes. Por fin he entendido que hay quien sigue escribiendo a máquina por algún motivo que va más allá del miedo al progreso.

 

3. Mudanza

A estas alturas no debería considerar que una mudanza sea noticiable, pero sí lo es que decidiera mudarme un 14 de marzo, justo el día que comenzaba el confinamiento. Llegar a una pueblo que no conoces justo el día en el que no puedes salir a la calle, salir tres meses después y descubrir lo que sólo habías visto en Google Maps.

 

4. Montañas

Por primera vez en casi treinta casas vividas cuando miro al exterior veo tranquilidad. Cielo, montañas y de vez en cuando un caballo.

 

5. Caminar

A dos minutos de mi casa comienza un sendero que te lleva a casi cualquier pueblo de la zona. Una pequeña mochila con una botella de agua, algo de comer, el teléfono y paseos de tres horas.

 

6. Lectura

Mi objetivo para 2020 era leer 52 libros, uno por semana. Me parecía una propuesta digna para alguien con más quehaceres, pero el 2020 me dejó sin más tareas que la lectura y he acabado duplicando la propuesta inicial. No leía tanto desde la adolescencia.

 

7. Cádiz

Una sola vez en Cádiz en un año. Para un gaditano de La Isla, la visión de su tierra es distinta a esa imagen de chiringuitos con aspiraciones, aplausos al amanecer y veranos desbocados. Cádiz sigue teniendo trazas de autenticidad y este año las he echado de menos.

 

8. Monográficos

Tener demasiado tiempo libre puede convertirte en alguien muy disperso, así que mi planteamiento fue ordenar quehaceres por temáticas, cerrar filmografías de algunos autores, leer todo de otro y completar alguna discografía. Evito esos momentos de indecisión en los que terminas una serie y no sabes qué ver. Así acabé con todos los documentales deportivos de ESPN, los libros de Andre Izagirre, los discos de Curtis Mayfield y las series de David Simon.

 

9. Kike habla

Una de las preguntas que más veces me hacen es «¿De dónde sacas esa información?» Habitualmente, si buscas información sobre calzado buscas en sitios de calzado, con lo que acabas repitiendo las mismas referencias de siempre. Sin embargo en una biografía de un abogado de los setenta o de un camello de NY puedes encontrar mucha información que nunca ha salido de ese mundo. Este año quise unir en una newsletter todos esos puntos que parecen lejanos, de cómo un calentador de retrete cambió el diseño del outdoor o de la relación entre adidas y el modisto fundador del PSG.

 

10. Lope

Mucha gente cuenta con mucho cariño cómo era su primera mascota. Nunca me gustaron demasiado los perros, hasta que llegó Lope, un chihuahua sordo, epiléptico y con mil problemas de salud al que estuvimos cuidando ocho años. Este año Lope nos dejó. Evidentemente es algo que no puedo incluir entre lo mejor del año pero al menos ahora puedo decir que entiendo lo que siente un niño cuando pierde a su perro.