Una marca puede explotar sin necesidad de ir de la mano de un movimiento o una celebridad, pero si se da cualquiera de estas dos conexiones, lo cierto es que tiene gran parte del camino hecho. Al menos en sus inicios.

La historia de Trapstar está irremediablemente unida a la del grime británico, a la que más tarde también se sumó la corriente del drill.  Para los que eso de grime les coja por sorpresa, explicar que se trata de un estilo musical influenciado por el jungle, el dancehall y el hip hop, caracterizado por ritmos rápidos (140 bpm) y por un sonido agresivo.

Pero antes de eso, vayamos a los orígenes. Este 2024, Trapstar cumple 16 años desde que Mikey, Lee y Will, sus fundadores, decidieran comenzar a estampar camisetas únicamente para ellos y su círculo más cercano. En 2008 no eran los únicos que se sumaban a esta aventura de crear una marca de ropa, pero al hacer destacar la experiencia de compra por encima incluso del propio producto se posicionaron rápidamente en el top of mind de su público.

Si por aquel entonces querías una camiseta Trapstar, tenías que mandar un SMS al trap phone de la marca, cuyo número de teléfono fue publicado en MySpace. El concepto trap phone se utiliza con frecuencia en las canciones de estilo grime, trap o drill, haciendo referencia al teléfono de prepago con el que se comunican los delincuentes. Igualmente por mensaje de texto organizaban el pago y la recogida y los artículos eran entregados en cajas de pizza o intercambiados en cabinas de teléfono o incluso maleteros de coches. El boca a boca fue tan efectivo que tan solo dos años más tarde pudieron costarse su primera tienda física, aún activa, en Portobello Road (Londres).

Si fuiste uno de los que te pasaste por el artículo dedicado a PPSC, sabrás que el rostro de su fundador se mantiene en el anonimato. Esto ocurre a día de hoy con Mikey, Lee y Will, no permitiendo que se muestre su cara en fotografías públicas. El uso de pasamontañas o directamente las manos tapando la cara son también señas de identidad de una cultura underground que entiende aquello de ‘no face, no case’ mejor que ninguna otra.

Al igual que Supreme o Palace tienen una vinculación orgánica con el skate, en el caso de Trapstar ocurre con la música. Esto, sumado a que la firma tiene más de 10 años de historia, ha hecho que artistas que por aquel entonces eran emergentes, como Central Cee o Dave, vistieran sus prendas en publicaciones en redes sociales o videoclips. Con el paso del tiempo y su crecimiento, han logrado firmar colaboraciones oficiales con dos de los artistas más grandes de UK. Esta unión representa no solo un éxito en ventas que permite a la marca continuar siendo rentable, sino también salir reforzada en lo que a imagen de marca se refiere al seguir comprometida con sus valores. “Nunca buscamos artistas para mantenernos relevantes, pero hemos mantenido relaciones personales con ellos, nos han presentado a una audiencia completamente nueva», decía Mikey a The Fader.

“Roll deep like Wiley and them man / Trapstar like Mikey and them man”, dice Stormzy en ‘Shallow’. Una referencia directa al fundador que actualmente ejerce como director creativo y diseñador principal, expresó esta relación con los artistas de la siguiente forma: Trapstar no es solo ropa, es gente. Siempre hemos sido embajadores de la música underground. Sucede que a veces estos artistas se vuelven populares”. Y la popularidad llama a popularidad, por lo que no hacía falta ser una celebridad británica, ni siquiera dedicarte a la música, para que el impacto de Trapstar no te golpeara. Por esto no sorprende ver a rostros como Cara Delevingne, Rihanna (Trapstar fue diseñador oficial del merchandising de la gira Monster), A$AP Rocky, Young Thug, Gucci Mane, The Weeknd, A$AP Yams o incluso Jay-Z, vistiendo la tipografía gótica.

Hova, además de lucir algunas de sus piezas en más de una ocasión, tiene una relación empresarial con Trapstar. La firma británica es embajadora de Roc Nation desde 2014, ampliando así su presencia al otro lado del charco y obteniendo así un mayor reconocimiento por parte de la industria de la moda. ¿Quién puede enseñarte mejor que JAY Z, Jay Brown y Ty-Ty? Mira lo lejos que han llegado y todavía se hacen cada vez más fuertes y rompen límites como si nada. Como me dijo Hov hace un tiempo: ‘Sabes que es hora de llevarlo al siguiente nivel, ¿verdad?’, contó Mikey en una entrevista para Life+Times.

Este vínculo con la música y todo su ecosistema tiene su parte positiva y también su lado negativo, puesto que arrastras todos los clichés y mala fama que pueda tener el movimiento underground. Es decir, tu público objetivo ya se acota desde un primer momento, logrando incluso que gran parte lo estigmatice y represente para ellos la antítesis de la moda. En el Reino Unido, partidos de derechas han intentado culpar al grime del aumento de la delincuencia, situándolo como motor del llamado ‘ocio oscuro’, término usado para referirse a una amplia gama de actividades ilícitas.

 

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Quedarte únicamente con este discurso es atender a una parte muy concreta del cuadro, obviando por completo lo que esconde en su totalidad. Estas acusaciones no han frenado el avance del grime a lo largo de todos estos años, dando lugar, por el activismo político de artistas como Stormzy, JME y Dave, entre otros, a debates sobre desigualdad y racismo. En los Brit Awards de 2020, este último no tuvo reparos en dirigirse a Boris Johnson, que en aquel momento ocupaba el puesto de Primer Ministro: “Es un verdadero racista”.

Como personas negras, Mikey, Lee y Will tienen un compromiso implícito de luchar por la igualdad social desde su parcela. Por esto dice Mikey que Trapstar es más que una marca de ropa, porque además de crear una comunidad que comparte los mismos valores, también deben protegerla. En 2020, lanzaron este mensaje a través de la cuenta oficial de la marca: «Como jóvenes propietarios de negocios negros, nos duele haber visto a las mismas personas que juraron protegernos y servirnos cometer estos actos una y otra vez sin que se haga justicia. Los acontecimientos nos han herido profundamente y estamos realmente enojados por la muerte de George Floyd. Estamos unidos como uno con nuestra comunidad para tomar una postura contra la injusticia y el racismo. Este es un problema global, no solo exclusivo de los EE. UU. Es vital que lo utilicemos. todas nuestras voces, para que realmente seamos escuchados. Esta es la lucha de todos los seres humanos y, desafortunadamente, ha sido una lucha muy larga que #BlackLivesMatter ha estado liderando. Continuaremos donando fondos y apoyando la causa».

Trapstar es ejemplo claro de que crecer de forma meteórica no va unido con un olvido también meteórico. Nacieron antes de que se implantase el término streetwear, de que la reventa opacase cualquier lanzamiento y de que se tuvieran referentes claros como lo son ahora para muchos. En lugar de derribar puertas, tuvieron que construir las suyas propias.