Logo

¿Cómo Michael Jordan convirtió unas zapatillas en el producto más deseado del mundo?

Publicado por el 14/05/2020 en Artículos

Como se ha visto en el documental The Last Dance, Michael Jordan quiso firmar con adidas antes que con Nike. Fue su madre quien le obligó a reunirse con Nike. La marca estadounidense aprovechó su oportunidad y le ofreció un contrato irrechazable. Seguramente ninguna de las dos partes se llegó a imaginar el impacto que tendría dicho acuerdo en el futuro. Sin embargo, casi 40 años después, seguimos hablando de ello.

Por aquel entonces, la NBA tenía unas reglas muy estrictas de uniformidad y las zapatillas de los jugadores debían combinar con los colores del uniforme. Todos aquellos que no las seguían eran multados.

MJ entró a la NBA en la temporada 1984-85 para jugar con los Chicago Bulls. Según cuenta la leyenda, tras usar las Air Jordan 1 Bred, la NBA las prohibió por no cumplir con sus normas. Lejos de dejar de usarla, Nike asumió los costes de que Jordan las llevase en cada partido (5.000 dólares de multa por partido) y aprovechó todo el revuelo que causó como publicidad para su promoción.

Esta historia nunca se ha podido confirmar al completo ya que la única foto conocida de Jordan con dichas zapatillas esa temporada se dio en el concurso de mates, no en ningún partido. En cualquier caso, eso es lo de menos. Nike se aprovechó de dicha historia y aún lo hace. De hecho, este color de las Air Jordan 1 es comúnmente conocido como las ‘Banned’ (prohibido en inglés).

Así, Nike lanzó el famoso modelo, diseñado por Peter Moore, para el público en 1985. Según un artículo del periódico Chicago Tribune dicho año, la zapatilla se agotó. En total, la venta del modelo supuso unos ingresos de 55 millones de dólares para Nike, vendiendo entre 3 y 4 millones de pares durante el primer año cuando lo esperado era en torno a 100.000 pares. 

Este fue el inicio de un fenómeno sin precedentes. La figura de Michael Jordan para los amantes del baloncesto y, sobre todo, para la sociedad afroamericana se convirtió en poco menos que un dios. Nike era quien calzaba y vestía a ese dios con zapatillas y prendas atractivas para millones de personas. La tormenta perfecta.

Para todos aquellos que aspiraban a lograr lo que él logró, o que simplemente le admiraban, tener sus zapatillas era fundamental. Tener unas Jordan era mandar un mensaje; tener sus zapatillas era lo más parecido a ser como él. Un mensaje que ninguna otra zapatilla ha conseguido transmitir. 

Nunca antes, y probablemente nunca más, una persona estará tan asociada a unas zapatillas. De hecho, el éxito de Michael Jordan como marca fue tal que Nike la diferención por completo creando Jordan Brand. En 2019, esta marca subsidiaria de Nike facturó 3.138 millones de dólares, creciendo un 10% con relación al año anterior. Una marca que únicamente usa el logo de Michael Jordan, pero que no tiene reparo en vestir a deportistas fuera del baloncesto.

El jugador de los Chicago Bulls elevó la NBA a un nivel extraordinario de la mano (o, mejor dicho, de los pies) de Nike. Ambos cambiaron por completo sus respectivos mundos. Desde entonces, nada ha sido igual. Ni para el baloncesto ni para las zapatillas.

Sé el primero en comentar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

"Yo no busco, yo encuentro"

Pablo Picasso