El Festival Internacional de Benicàssim (FIB) cerró su vigésimoquinta edición la noche del domingo, lejos de las expectativas de asistencia esperadas y, ahora, se dirige hacia un nuevo rumbo motivado por el tercer cambio de manos de su historia.
Todo apunta a que la empresa propietaria del Arenal Sound de Burriana está negociando la compra de la marca FIB, acuerdo por el que asumirá su gestión los próximos 15 años.
Después de que los hermanos Morán y la organizadora Maraworld vendieran el FIB en 2009 al irlandés Vince Power, el festival se fue a concurso de acreedores en 2013 sumando cuatro millones de euros en deudas. En 2014 tomó las riendas el actual propietario, el británico Melvin Benn, promotor y organizador de festivales como Latitude y Glastonbury.
Tras esta última adquisición del FIB por parte del Arenal Sound, el horizonte del festival estará aún por definir, ya que se enfrenta a retos como incrementar el número de asistentes, perfilar el estilo musical y el tipo de público –o el británico o el español– y mejorar el impacto económico.