Si NYC es la mejor ciudad del mundo no es por la enorme migración de diseñadores gráficos instalados en Williamsburg ni por los modelos de Chelsea ni los ricachones que están destrozando en el Lower East Side con sus edificios de mierda y mucho menos «artistas» a lo Dickchicken haciendo el ridículo. Es gente como Jay Shells que lleva a cabo proyectos que no solo tienen un gran impacto, son proyectos con un trasfondo y provocan un gran sentimiento para toda la gente que ha crecido escuchando estas canciones y piensa en ellas cada vez que cruza estas esquinas.
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