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Kobe, su legado en los pies

Publicado por el 28/01/2020 en Artículos

 

Devastados por la triste noticia del fallecimiento de Kobe Bryant en un accidente de helicóptero –en el que también fallecieron su hija Gigi y los otros 7 ocupantes–, repasamos el legado de una leyenda del baloncesto que tuvo que ver, y mucho, en la industria del calzado actual.

Con 17 años y antes de llegar a la NBA firmó un contrato con adidas que ascendía a 48 millones de dólares por 6 años. Sus comienzos en la liga fueron complicados, siendo suplente y firmando unas estadísticas que no destacaban en especial. Pero no tardó en demostrar el enorme potencial que tenía, ya que en su tercer año como profesional se convirtió en uno de los jugadores más relevantes en su posición y comenzó a brindar al espectador highlights noche tras noche.

 

 

Durante su contrato con adidas la empresa alemana lanzó diversos modelos: primeramente las KB8, KB8 2 y KB8 3 entre el 97 y el 99. Destaca el tercer modelo, ya que la suela fue rescatada de los archivos por Kanye para las Yeezy 500. Posteriormente, se creó la línea ‘THE KOBE’, cuya estética –cuanto menos– cuestionable hizo que el escolta finalizara su contrato con la marca tras desencuentros respecto a la comodidad y rendimiento de los modelos KOBE ONE y KOBE TWO (y un fracaso en las ventas).

 

 

Siempre inconformista, el de Filadelfia pagó 8 millones de dólares para rescindir su acuerdo de patrocinio con adidas a falta de una temporada para la finalización del mismo. Las negociaciones concluyeron con la prohibición para el escolta de vestir una misma marca deportiva durante más de 3 partidos seguidos durante su temporada sin sponsor. Ese año Bryant vistió Nike, Jordan, AND1, Converse y Reebok, pero finalmente a la edad de 23 firmó con la todopoderosa Nike.

Comenzó su trayectoria con la empresa de Beaverton vistiendo diferentes modelos personales de Huarache. Rápidamente las Air Zoom Huarache 2K4 y 2K5 se convirtieron en unas habituales en los pies de los jugadores de la liga. 

En 2005, y siendo ya uno de los mejores de la competición –si no el mejor–, debutó su primer signature shoe bajo su nombre: las Zoom Kobe I. Con los posteriores modelos –Zoom Kobe II, Zoom Kobe III– la caña disminuyó progresivamente hasta que se coqueteó con una zapatilla baja en las Kobe IV.

 

 

Esto fue algo revolucionario por aquel entonces. El escolta de los Lakers, durante el proceso de creación junto a la marca de Oregón, puso sobre la mesa la idea de diseñar una zapatilla baja, inspirándose en las botas de fútbol. Este tema estaba plagado de polémica ya que, hasta entonces, no se había visto calzado de basket moderno de este tipo y se temía por la estabilidad de los tobillos de los jugadores. Si esto no era un problema en el deporte rey, en el que el tobillo había estado siempre al descubierto –expuesto a golpes y torceduras–, ¿por qué iba a serlo en el baloncesto?

Junto a su hombre de confianza en Nike, Eric Avar, Kobe planteó esta pequeña revolución: “Los tobillos tienden a ser más débiles jugando con zapatillas altas, ya que limitas su rango de movimiento. Estamos perdiendo oportunidades de fortalecer la articulación de forma natural. Además la zapatilla sería mucho más ligera al usar menos material”.

Las ideas del deportista se estudiaron en Nike y se aplicaron en las Kobe IV en 2008. Si bien es cierto que no era completamente una low, el éxito fue abrumador, ya que el propio Bryant demostró que sus tobillos no se resentían ni aumentaba el riesgo de lesión. De hecho, ganó el trofeo al MVP de la temporada ese mismo año. El posterior modelo, las Kobe V fueron –esta vez sí– bajas. Los del swoosh acertaron con la jugada, ya que otorgaban al usuario una movilidad superior y una libertad articular que hacía años que no se tenía en el baloncesto.

 

 

Esta tendencia se mantuvo hasta el noveno modelo de la familia, en el que se volvió a dar una vuelta de tuerca a lo establecido. De repente, Nike modificó la línea continuista de calzado bajo y optaba por una especie de bota similar al de la lucha libre. “Nuestra única razón para volver a las zapatillas altas era para reinventar lo que es alto. Queríamos crear calzado de este tipo que se comportara como si fuera bajo y cuando Eric me enseñó el Flyknit supe que lo conseguiríamos”, explica Kobe en una entrevista. “Tras mi grave lesión en el talón de Aquiles me planteé muchas cosas. Pensé en toda la gente que, de alguna forma u otra, me ha inspirado para llegar hasta aquí. ¿Cómo puedo conseguir la mentalidad para volver con más fuerza tras esta lesión grave? Creí que era importante entender el proceso que he seguido y en quién me he fijado para ser lo que soy hoy en día, desde Michael Jackson, Jordan, Beethoven o Picasso”, añade.

Si bien es cierto que los modelos extremadamente altos no fueron exitosos en la NBA, el uso del knit se democratizó en el sector. Sus propiedades de elasticidad, ligereza y comodidad no pasaron desapercibidas para la industria, y se comenzó a aplicar en muchos otros ámbitos aparte del deporte y el lifestyle.

 

 

De nuevo, volvieron las zapatillas bajas con el lanzamiento de la Kobe X, y así continúa la familia hasta nuestros días. Destaca la Kobe A.D. NXT, modelo en el cual se reimaginó el sistema de cordones. “Estaría bien eliminar los cordones, pero debería tener algo más detrás. De nada sirve esta tecnología si no aporta algo extra. Es por ello que, tras darle muchas vueltas, los chicos de Nike consiguieron que el nuevo mecanismo de cierre otorgue mucha más estabilidad al pie debido a la forma en la que está construido”, dice Bryant.

El ‘24’ consiguió 5 anillos, tuvo 18 apariciones en el All-Star, es el 4º máximo anotador en la historia de la NBA, consiguió 81 puntos contra los Raptors (segunda mejor marca de la historia) y en su último partido anotó ni más ni menos que 60 con 37 años. Pero el legado de Bryant trasciende mucho más allá de los simplemente baloncestístico. Los que no hemos podido ver a Michael Jordan porque éramos muy jóvenes o ni siquiera habíamos nacido hemos sido testigos de cómo Bryant deslumbraba con actuaciones que bien hubiera firmado el mismísimo icono de los Chicago Bulls. Lo más cerca que hemos estado de disfrutar a Jordan ha sido ver a Kobe, un jugador que ha traído de vuelta un baloncesto que parecía imposible ver de nuevo. Decimos adiós a uno de los más ilustres de todos los tiempos en la franquicia más icónica de la historia.

Es con su mentalidad de siempre querer más y empujar los límites que se explica su leyenda. Su ambición e inconformismo le han llevado al Olimpo y, bien sea en la gran pantalla –ganó un Óscar por su corto de animación Dear Basketball–, en una reunión con creativos de Nike o en las canchas de todo el mundo, Kobe ha dejado huella allá por donde ha pasado.

 

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